Divorciada, madre y para completar: ¡hija, hermana y cuñada!


Desconcertada, con el tiempo del mundo en sus manos... y nadie a quien contarle.




martes, 18 de enero de 2011

Hijos, maridos y príncipes

Mi hija la mayor está que arde, literalmente. No quiso ponerse el protector solar, prefirió aceite de zanahoria y se fritó.
La tengo en cama embardunada y a los gritos.
Mi hijo el menor se fue con el padre a Brasil y me escribe mensajitos cada media hora:
Estoy en la ruta
Estoy en el peaje
Veo vacas
El auto nuevo de papá está buenísimo. Puedo estirarme entero atrás
Y un montón de pavotadas más. Mi hijo el menor tiene 13 y desde que entró en la edad del pavo le está haciendo honor a diario. Ahí entra otro mensaje: estamos en la frontera.
Este asunto de los mensajitos me tiene todo el día pegada al aparato infernal ese, si hubiera sabido no me dejaba regalar uno (uno viejo que ya no querían más y que tampoco querían tirar porque a mi familia la rige un mandato ancestral: nada se tira todo se pasa a un pariente para que lo aproveche...le guste o no). Para colmo no puedo acostumbrarme a escribir en idioma mensajitos (con las palabras por la mitad, errores de tipeo, de ortografía, sin puntos sin comas, y cuanta aberración lingüística uno sea capaz de imaginar), es más fuerte que yo, así que cada mensaje me lleva como mínimo diez minutos. Si me viera mi señorita de lengua del quinto, que me pegaba en los dedos con la regla cada vez que manchaba la hoja con la lapicera fuente o me olvidaba una H, estaría orgullosa de mi redacción.

A mi hija la mayor y a mi hijo el menor los tuve con mi ex marido y son lo único que me llevé del matrimonio. Me fui sin una bombacha y esto no es metáfora, es que salí corriendo para que no pudiera calzarme un mamporro. A veces los miro y me dan lástima, me agarra la culpa. Sobre todo cuando Remedios me viene con la santidad del matrimonio o mi madre me viene con "si yo aguanté a tu padre vos podrías haber aguantado a tu marido, o al menos sacarle la casa el auto o algo, y ancima le dejaste el negocio, lindo negocio hiciste. Pero no, y encima no te conseguiste nada mejor porque el Eduardo ese...". A veces agrega "idiota", pero la mayoría de las veces regrresa a mi ex y los padres de mis ex y "pobrecitos tus hijos que no tienen la culpa de nada y se crían a la bena de Dios".  A esa altura yo largo el trapo de piso o el cuchillo de picar o el limpiamuebles o el desengrasante o el balde con la ropa sucia y le contesto andá a cagar. Entonces se ofende y se va.

Otro mensajito: m extrñas. Así, sin signos de interrogación y con las palabras a medio escribir. Paso cinco minutos descifrando. La verdad que NO, que todavía no me di cuenta de que te fuiste, eso pienso, pero le contesto SIPI que vendría a ser SÍ, en el idioma de la princesa Sukimuki que vivía en la en la ciudad de Sui Kiu y se casaba con el príncipe Kinoto Fukasuka, un príncipe buen mozo, valiente, estudioso, gordito y con bigotitos, que había viajado por medio mundo convertido en mariposa solo para ver la belleza de Sukimuki, según María Elena Walsh. Ah!, cómo me gustaría ser Sukimuki, no por el príncipe, la verdad que de príncipes ya tuve más que suficiente y todo el mundo sabe que para muestra basta un botón, sino por eso de que las princesas se quedan quitas quietas como galletas si no en el imperio habrá una pataleta, se quedan quietas sin hacer nada, papando moscas, tienen sirvientes para vestirlas, peinarlas, abanicarlas, pelarles las ciruelas y estornudar por ellas. Todo esto hasta que llega el príncipe después tienen que lavar cocinar planchar barrer la vereda hacer los mandados pagar las cuentas tender las camas tener sexo aunque no tengan ganas porque están cansadas después de burrear todo el día (y porque el príncipe no sabe hacer el único trabajo que tiene que saber hacer, no sé si se entiende, si no soy más clara, el príncipe no tiene ni idea de lo que tiene que hacer ni dónde tiene que hacerlo)
En fin me fui por las ramas me parece que en la lista de promesas para este año voy a agregar encontrar un tipo que sepa qué y cómo hacer conmigo, no es que yo no sepa pero debe ser diferente si viene por otro lado ¿no? ¡¿no?! Mejor le pregunto a la Merce porque mi vecina la viuda dice que nunca se enteró, porque el finadito era bueno, pero creía que la menstruación era la descarga sexual natural de las mujeres y que por eso no necesitaban del sexo como los hombres y ella nunca se animó a informarlo por miedo a que entrara a indagarla sobre el novio que tuvo antes que él y que se rajó a trabajar al Chaco porque creyó que ella estaba embarazada. Pobre mi vecina la viuda, encontró su Kinoto Fukasuka pero le vino fallado.

domingo, 16 de enero de 2011

349 días para fin de año

Me pase la semana haciendo dieta y caminando y hasta decidí invertir en unas clases pilates que da un muchacho joven y flaco que se cree que soy de goma o que tengo veinte años. Al lado de mi camilla se estira una señora de más de setenta que va maquillada y con la manos llenas de anillos y pulseras, también se cuelga seis cadenas del cuello. En la tercera camilla hay una pelirroja cincuentona mal teñida que atiende el celular cada cinco minutos y habla pavadas a los gritos mientras sube y baja las piernas, cualquier día, en cuanto logre levantarme de la camilla sin asistencia al lisiado, le hago tragar el aparato.
Resultados: me duele hasta el pelo y no bajé un gramo. Al muchacho flaco, cuyo nombre no recuerdo, me parece que le doy lástima.

Escribir: me inscribí en un curso de escritura creativa en la vecinal y me asocié a la Organización Americana de Escritores, delegación Santo Tomé.
Me costó elegir porque como hay como quince de estos grupos, todos son "de escritores" y tienen palabras ligadas con competencias territoriales que se superponen. Hay media docena que incluyen "Argentina", otros tantos se adjudican el continente y optan por ser  "americanos" y los restantes no andan con chiquitas y se mandan "del mundo", siempre atrás de formas más o menos respetables de agrupación tales como asociación, agrupación, sociedad,  confederación confratenización etc etc. Yo todavía no encontré a ninguno en goolge ni siquiera en wipidia mucho menos en la librería ni hablar del diccionario enciclopédico, pero en fin, en la primera jornada del curso me dijeron que para ser escritora solo tenía que sentirme escritora. Me siento todas las tardes en la vereda, atrás del jazmín de lluvia para que no me vea y me aborde mi vecina la viuda, y espero a ver si me viene el sentimiento ese, pero todavía ni pizca.

Lo que sí encontré en google es un concurso de novela erótica y corta, cortísima, así que me parece que voy a explorar por ahí así además de hago algo mientras me viene el sentimiento que me convertirá en escritora, de paso, me entero de qué se trata y cumplo alguna que otra fantasía, después de todo para eso está la literatura ¿no?

Eduardo anda rondando otra vez,  con la madre pegada, claro, porque la vieja insiste en permanecer viva, ya le dije que ni sueñe que lo mire hasta que no deje de bañar personalmente con tanto placer a la madre. De solo pensar que después de tocársela a la madre me la toque a mí me da un frío inexplicable en la nuca.
Me contestó: "a mamita no le gusta la chica que contraté porque la baña mal".

Desde que me me curé la peste que me pregunto cómo sacarme a Eduardo de encima porque el tipo vuelve y vuelve y eso que no le doy bola. Le di bola una vez y tuve candidiasis, sin enterarme cómo porque en fin con él tampoco me enteré de qué se trata el asunto. Menos mal que sé que no exiten la mujeres frígidas solo existen los hombres que no saben hacer su trabajo, que si no además de un ginecólogo tendría haberme buscado un psiquiatra.
Eduardo es abogado y amarrete, vive con la madre y nunca se casó, ¿no debí sospechar? Cualquier otra hubiera sospechado, la Merce hubiera sospechado de entrada que algo andaba mal con el tipo pero yo no, yo fui y me encandidiacé. La Merce lo habría mirado y habría dicho es puto o psicópata, le hubiera hecho pagar una cena carísima y no le hubiera atendido un llamado nunca, pero yo no, yo fui y me encandidiacé, y nunca le pude sacar un mango ni para los antibióticos.
Eduardo: otro motivo para irme a vivir a otro lado.
Me voy a ir a vivir a otro lado antes de fin de año.

martes, 11 de enero de 2011

Hace calor

y la Cata se sentó en el patio con la manguera abierta. Hasta que me dí cuenta había bañado a la perra, a las tortugas y a los gemelos del vecino que se había robado de la vereda, con cochecito y todo. Pero no importa, no importa porque después de cuatro horas en la compu y una interrupción de deicisiete años, escribí y escribí: " no me sale nada", un comienzo es un comienzo así que a no desalentarse.

sábado, 8 de enero de 2011

Remedios y Cata

Se levantó la abuela Remedios y después de los rezos empezó a dar instrucciones. Primero se lavó los dientes porque ella no reza con la boca sucia; después arrancó: comprá esto me dijo y me dio una lista, detrás de la lista estaban las aclaraciones a la lista, porque Remedios no compra marucha demasiado dura ni demasiado blanda, ni quiere las milanesas muy finas aunque tampoco gruesas, ni el pollo con mucho, ni poco hueso, ni las verduras si no son del día, ni las frutas si no las trajeron del mercado como máximo dos días atrás. Remedios compra la leche con por lo menos tres días para el vencimiento y no compra nada que tenga grasas trans...y podría seguir
Seguir por ejemplo, con la cocina, porque las cebollas se cortan de una determinada manera y de ninguna otra, su suflé de coliflor tiene más instrucciones en la preparación que el armado de una usina nuclear, ni que hablar de la limpieza, Remedios tiene un método para todo y está convencida de que su método es el correcto.

Remedios de los Dolores lleva el nombre de su madre y de su abuela, según la tradición familiar que ella tuvo que romper porque solo tuvo hijos varones. Uno de esos hijos fue mi padre. Y sí de ahí e vino el Dolores. Beatris de los Dolores.
Cuando me separé, después de vivir dos años en un departamente alquilado, con la Merce de vecina, terminé en la casa de Remedios. Lo que en un principio pareció un remedio a mis problemas (me había quedado sin trabajo), terminó convirtíendose en en puñado de dolores, de espalda.

La Cata ya vivía con Remedios, solo que entonces todavía le irrigaba así que era un encanto de vieja; ahora, con la falta de irrigación, pasó a ser solo una vieja, una vieja que deja la hornalla de la cocina encendida, en el mejor de los casos, a veces la deja solamente abierta y se nos llena el barrio de olor a gas y los vecinos llaman a los bomberos y a Metrogas, llaman primero a los bomberos porque los de la empresa del gas llegan a ver qué pasa una semana después y porque ya saben que es la Cata. Cuando no anda en la cocina intentando provocar un incendio, la Cata se sube a cualquier colectivo y hay que andar buscádola, por suerte mi hermano el menor, es colectivero y los colectiveros se conocen todos, así que la encontramos pronto. La Cata y Remedios son consuegras, es decir que Cata es la madre de mi madre. Cómo llegaron a vivir juntas es uno de los misterios que se instalan en mi familia cada vez que alguien muere, cuando eso pasa algunos terminan como mi hermano el mayor cambiando el auto o como mi hermana la soltera con departamento propio y otros terminan como la Cata o como yo, viviendo de prestado. Una cosa es segura, se muera quien se muera yo no firmo más nada sin un abogado al lado.

viernes, 7 de enero de 2011

358 días para fin de año

Promesas de principios de año:

Bajar quince Kilos (o al menos 6).
Ponerle límites a la dragón
Ponerle límites a Remedios
Ponerle límites a madre
Ponerle límites a las tortugas: hacer un cerquito para que no vengan a cagar al lado de la puerta de la cocina.
Quiero irme a vivir a otro lado

Celulares

A la dragón le robaron el celular, es la cuarta vez en un año. Me despertó a la cuatro y media de la madrugada para decírmelo y decirme que se iba a matar porque su celular es su vida. Me contó una historia de terror: le había prestado el celular a "un amigo" y a él se lo sacaron después de tajearle un brazo. La dragón tiene muchos amigos, es muy querida, me dijo que el amigo le dio los cincuenta dólares que le hacen falta para un celular barato y nuevo; después me mandó al banco a cambiarlos. La dragón tiene suerte con los amigos porque siempre le regalan plata y baratijas que se pone una encima de las otras. Para mí que se contagió de la Merce, de cuando vivíamos en el edificio de departamentos yo abajo y ella arriba, cuando recién me había separado.
Digo yo, por lo menos, esperar a que aclare para hacerme la Andreita del Boca, ¿es un mucho pedir? Si después de todo, yo ya estoy resignada y con tal de no escucharla soy capaz de asaltar el banco o peor aún para mi seguridad física, pedirle prestado a mi madre para comprarle otro teléfono hoy mismo. Por suerte no va a hacer falta porque todavía le debo a mi hermana la guita que pagué por el que le robaron antes.
Después de la llamadita con la noticia, corté, me preparé mate y me preparé: llegó cuarenta minutos después y repitió lo desgraciada que era y lo mala que yo era por no comprender su desgracia, lo repitió hasta las siete menos diez de la mañana, primero con indiferencia, después con resignación, después llorando, después gritando, después agonizando, después me tapé los oídos pero igual escuché que me dijo: sos loca. Tiene grandes dotes para la actuación, de eso no hay duda alguna.
Ahora se fue a dormir, seguro duerme hasta la tardecita, se levanta y dice: ¡no me diste de comer!, y después dice: ¿ya fuiste a buscar el chip? y termina diciendo: Ah!" bueno menos mal que fuiste, al celular lo compro yo porque vos sos idiota y te van a vender cualquier porquería.
Pobrecita hay que entender que el celular es su vida y que ahora chicas hablan así.

lunes, 3 de enero de 2011

Amiga non Sancta II

La Merce vino a visitarme y me trajo de regalo un paraguas gigante animal print. El pronóstico para el verano es sequía, el pronóstico para el otoño lluvioso es escasísimas lluvias...
Merce está más flaca tiene el pelo más largo y más rojo y me parece que se puso botox. Quiero estar más flaca, tener el pelo lacio y ponerme botox.
La merce se puso a empanar:
-Dale Bea te busco y salimos el sábado ¿cuánto hace que no te depilás?
-¿Se nota?
-Si no sos ciego...
La última vez que le llevé el apunte a la Merce conocía Eduardo. Hacía siete años que me había separado y al único lugar al que salía era al súper y al patio a tender la ropa. Merce se había pasado los últimos dos años tratando de sacarme y un día me convenció. Para hacerla corta, Eduardo me gustó, pensé que si todos se divierten yo también, por qué no, me encamé, me contagié algo que por suert se cura con antibióticos. Fin. Bueno, fin no: me picó como un mes.

Medidas de volumen y peso

Calor mucho, dos kilos de ropa para lavar, un kilo y medio de milanesas para empanar, cinco kilos de más -por las fiestas, en relidad por la cervecita negra dulce-. Hace 4 días que lloro, debe ser por lo menos un litro. No sé por qué lloro, ¿sera la menopausia?