Divorciada, madre y para completar: ¡hija, hermana y cuñada!


Desconcertada, con el tiempo del mundo en sus manos... y nadie a quien contarle.




domingo, 16 de enero de 2011

349 días para fin de año

Me pase la semana haciendo dieta y caminando y hasta decidí invertir en unas clases pilates que da un muchacho joven y flaco que se cree que soy de goma o que tengo veinte años. Al lado de mi camilla se estira una señora de más de setenta que va maquillada y con la manos llenas de anillos y pulseras, también se cuelga seis cadenas del cuello. En la tercera camilla hay una pelirroja cincuentona mal teñida que atiende el celular cada cinco minutos y habla pavadas a los gritos mientras sube y baja las piernas, cualquier día, en cuanto logre levantarme de la camilla sin asistencia al lisiado, le hago tragar el aparato.
Resultados: me duele hasta el pelo y no bajé un gramo. Al muchacho flaco, cuyo nombre no recuerdo, me parece que le doy lástima.

Escribir: me inscribí en un curso de escritura creativa en la vecinal y me asocié a la Organización Americana de Escritores, delegación Santo Tomé.
Me costó elegir porque como hay como quince de estos grupos, todos son "de escritores" y tienen palabras ligadas con competencias territoriales que se superponen. Hay media docena que incluyen "Argentina", otros tantos se adjudican el continente y optan por ser  "americanos" y los restantes no andan con chiquitas y se mandan "del mundo", siempre atrás de formas más o menos respetables de agrupación tales como asociación, agrupación, sociedad,  confederación confratenización etc etc. Yo todavía no encontré a ninguno en goolge ni siquiera en wipidia mucho menos en la librería ni hablar del diccionario enciclopédico, pero en fin, en la primera jornada del curso me dijeron que para ser escritora solo tenía que sentirme escritora. Me siento todas las tardes en la vereda, atrás del jazmín de lluvia para que no me vea y me aborde mi vecina la viuda, y espero a ver si me viene el sentimiento ese, pero todavía ni pizca.

Lo que sí encontré en google es un concurso de novela erótica y corta, cortísima, así que me parece que voy a explorar por ahí así además de hago algo mientras me viene el sentimiento que me convertirá en escritora, de paso, me entero de qué se trata y cumplo alguna que otra fantasía, después de todo para eso está la literatura ¿no?

Eduardo anda rondando otra vez,  con la madre pegada, claro, porque la vieja insiste en permanecer viva, ya le dije que ni sueñe que lo mire hasta que no deje de bañar personalmente con tanto placer a la madre. De solo pensar que después de tocársela a la madre me la toque a mí me da un frío inexplicable en la nuca.
Me contestó: "a mamita no le gusta la chica que contraté porque la baña mal".

Desde que me me curé la peste que me pregunto cómo sacarme a Eduardo de encima porque el tipo vuelve y vuelve y eso que no le doy bola. Le di bola una vez y tuve candidiasis, sin enterarme cómo porque en fin con él tampoco me enteré de qué se trata el asunto. Menos mal que sé que no exiten la mujeres frígidas solo existen los hombres que no saben hacer su trabajo, que si no además de un ginecólogo tendría haberme buscado un psiquiatra.
Eduardo es abogado y amarrete, vive con la madre y nunca se casó, ¿no debí sospechar? Cualquier otra hubiera sospechado, la Merce hubiera sospechado de entrada que algo andaba mal con el tipo pero yo no, yo fui y me encandidiacé. La Merce lo habría mirado y habría dicho es puto o psicópata, le hubiera hecho pagar una cena carísima y no le hubiera atendido un llamado nunca, pero yo no, yo fui y me encandidiacé, y nunca le pude sacar un mango ni para los antibióticos.
Eduardo: otro motivo para irme a vivir a otro lado.
Me voy a ir a vivir a otro lado antes de fin de año.

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