Divorciada, madre y para completar: ¡hija, hermana y cuñada!


Desconcertada, con el tiempo del mundo en sus manos... y nadie a quien contarle.




sábado, 8 de enero de 2011

Remedios y Cata

Se levantó la abuela Remedios y después de los rezos empezó a dar instrucciones. Primero se lavó los dientes porque ella no reza con la boca sucia; después arrancó: comprá esto me dijo y me dio una lista, detrás de la lista estaban las aclaraciones a la lista, porque Remedios no compra marucha demasiado dura ni demasiado blanda, ni quiere las milanesas muy finas aunque tampoco gruesas, ni el pollo con mucho, ni poco hueso, ni las verduras si no son del día, ni las frutas si no las trajeron del mercado como máximo dos días atrás. Remedios compra la leche con por lo menos tres días para el vencimiento y no compra nada que tenga grasas trans...y podría seguir
Seguir por ejemplo, con la cocina, porque las cebollas se cortan de una determinada manera y de ninguna otra, su suflé de coliflor tiene más instrucciones en la preparación que el armado de una usina nuclear, ni que hablar de la limpieza, Remedios tiene un método para todo y está convencida de que su método es el correcto.

Remedios de los Dolores lleva el nombre de su madre y de su abuela, según la tradición familiar que ella tuvo que romper porque solo tuvo hijos varones. Uno de esos hijos fue mi padre. Y sí de ahí e vino el Dolores. Beatris de los Dolores.
Cuando me separé, después de vivir dos años en un departamente alquilado, con la Merce de vecina, terminé en la casa de Remedios. Lo que en un principio pareció un remedio a mis problemas (me había quedado sin trabajo), terminó convirtíendose en en puñado de dolores, de espalda.

La Cata ya vivía con Remedios, solo que entonces todavía le irrigaba así que era un encanto de vieja; ahora, con la falta de irrigación, pasó a ser solo una vieja, una vieja que deja la hornalla de la cocina encendida, en el mejor de los casos, a veces la deja solamente abierta y se nos llena el barrio de olor a gas y los vecinos llaman a los bomberos y a Metrogas, llaman primero a los bomberos porque los de la empresa del gas llegan a ver qué pasa una semana después y porque ya saben que es la Cata. Cuando no anda en la cocina intentando provocar un incendio, la Cata se sube a cualquier colectivo y hay que andar buscádola, por suerte mi hermano el menor, es colectivero y los colectiveros se conocen todos, así que la encontramos pronto. La Cata y Remedios son consuegras, es decir que Cata es la madre de mi madre. Cómo llegaron a vivir juntas es uno de los misterios que se instalan en mi familia cada vez que alguien muere, cuando eso pasa algunos terminan como mi hermano el mayor cambiando el auto o como mi hermana la soltera con departamento propio y otros terminan como la Cata o como yo, viviendo de prestado. Una cosa es segura, se muera quien se muera yo no firmo más nada sin un abogado al lado.

1 comentario:

  1. Me encanta como escribís! Mirá que me hacés reír eh!
    Hay....podrías sacar esa palabrita para descifrar antes de publicar el comentario??? Me vuelve locaaaaaaa je!

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