Divorciada, madre y para completar: ¡hija, hermana y cuñada!


Desconcertada, con el tiempo del mundo en sus manos... y nadie a quien contarle.




viernes, 31 de diciembre de 2010

Hay que ver

Hay que ver la cantidad de gente que está sola o con la depre del 31 a la tarde, no paran de llegar invitaciones a blogs y redes.

31. Seis de la tarde más o menos

Mi hijo el menor se fue a pasar fin de año con el padre; hace diez años que nos separamos y todavía no me habla así que le hizo sonar el celular desde el auto. Al final tiene que haber sido unas picaduras o alergia o mugre porque el médico dijo que las ampollitas varicela no eran.
Mi hija la mayor vino pero no a saludar ni a quedarde poque había pasado el peligro, vino a pedir plata y se fue a comprar entradas para el boliche.
Menos mal que me quedé sola porque tengo la depresión del 31 a la tarde y mejor llorar sola que mal acompañada.
El auto enormísimo -de mi ex- arrancó, lo acabo de escuchar, es nuevo, nuevísimo y enorme, enormísimo ¿Será por eso de pito chico auto grande que me parece que decía Freud? Ahora que lo pienso me parece que la calle está llena de autos grandes, grandísimos, me voy a sentar con el mate a la vereda. Mientras escucho a mi vecina la viuda contarme otra vez lo bueno que era el finadito, hago una testeo sobre la cantidad de pitos chicos que tiene la Provincia Invencible.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Beneficios secundarios

Beneficios secundarios de la varicela:
Madre no viene a casa para no cantagiarse.
Remedios de los Dolores se fua a vivir quince días a lo de madre para no contagiarse.
Mi cuñada, la que no es buena, pasa año nuevo con SU familia, no tengo que cocinarle esas cosas sofisticadas y diminutas que ella come (tampoco verle la cara de culo).
Mi cuñada, la buena, se hace cargo de la Cata por quince días, para que no se contagie porque lo único que le falta a la Cata en el cerebro poco irrigado ese que tiene es una ampollita de varicela.
A Carlos lo dejan para año nuevo en el geriátrico porque de todas formas ni cuenta se dá de que lo sacamos a cada rato para que se airee y se sienta en familia (por la culpa, por qué otra cosa si no)
Mi hija la mayor se fue de una amiga porque no la tuvo
Conclusión: estoy de vacaciones gracias a la varicela!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

martes, 28 de diciembre de 2010

Era

Era varicela nomás.

Pan dulce

A la tarde no cayó nadie así que me terminé el pan dulce tomando mate con la Cata que después se me perdió durante un par de horas. Por suerte en el barrio todos la conocen y me la trajeron antes de que se enterara Remedios y llamara a la policía como la última vez que al final la Cata estaba en lo de mi vecina la viuda, viendo fotos del finadito.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Mediodía de Navidad

A las nueve hacía 36 grados. A las doce 39.3°
Cayeron a la una justo para sentarse a comer y se fueron a las dos y media (41°), con la mesa por levantar. Me parece que a mi hijo el menor le dio varicela ¿todaía existe la varicela?

25.

Misa de siete: estábamos el cura, Remedios, mi vecina la viuda y yo. El cura se enojó porque no había nadie y se mandó un sermón de media hora sobre irse al infierno por dedicarse a comer y chupar en Navidad en lugar de ir a la misa de siete y dijo que haría otra a las diez a ver si aparecía alguien. La abuela Remedios asintió todo el tiempo y se apuntó para la misa de las diez. Mi vecina la viuda lloró todo el tiempo porque las fiestas las dedica a llorar al finado.

Gracias a Dios

Gracias a Dios se fueron temprano. Acosté a Cata. Remedios está rezando y mi hijo el menor juega con la play. La mayor salió para el boliche y yo voy a sacar del freezer mi cervecita negra dulce y me voy a sentar en el patio a tomármela toda sin pensar en nada.
Me olvidaba: el Niñito Dios me trajo una crema para la celulitis.

La cena

Todo bien: Princesa se indispuso (para los normales que tratan lo perros como perros no como hijos, la palabra sería que se alzó), y mi hermano pasó media hora intentando ponerle una bombacha para perras porque mi cuñada se negaba a ayudarlo y la perra se negaba a que se la pusieran. Yo me tenté y ligué una puteada de antología, por suerte la abuela Remedios es un poquito sorda porque si no nos ponía a rezar para reparar la blasfemia.
Mi hija ya se tomó media botella del vino azul y no se le nota ningún síntoma raro, menos mal.
Aguien tendrá que llevar a Carlos al geriátrico porque se durmió en la mesa y yo sin pañales en mi cama no lo acuesto, además, de noche, Carlos se levanta y entra a dar vueltas en silencio como una aparición y madre leyó en internet que los paranoicos son peligrosos aunque estén medicados así que se le ha puesto que Carlos puede apuñalar a alguien mientras dormimos, lástima que no invité al padre de mis hijos. Madre dice que son más peligrosos con quienes más quieren y que por eso tiene miedo. Inútilmente el médico intentó explicarle que eso no es posible, madre dice que no si fuera así no estaría escrito en internet, que va a cambiar de médico por uno que esté al tanto de las nuevas "tecnolgías" médicas.

sábado, 25 de diciembre de 2010

24. Antes de cenar

Gané, mejor dicho no perdí en le sorteo de las ocho de la noche, a Remedios la acompaña a la misa del gallo mi cuñada, la buena, claro que en la casa hay que poner la mesa, terminar con las ensaladas, cortar el lechón, el pollo relleno, poner la bebida en el feezer, y bañar a la abuela Cata. Como madre anda con el asunto de haberse vuelto diabética de repente está a las puteadas desde la mañana según ella porque no puede comer pan dulce, mentira, anda a las puteadas porque mi hermano el mayor, el que ella prefiere de los cuatro, esta noche se queda en su casa porque mi cuñada, la que no es buena, preparó una cena especial para SU familia que pertenece a la aristocracia y no se junta con los cruzados con indios, es decir nosotros. Llamó por teléfono y me dijo: "mañana nos damos una vueltita con Dani antes de iros a la quinta de mamá en Rincón que hay asado a la estaca. El treinta y uno en todo caso la pasamos con ustedes así Dani come el pollo relleno tan rico de Teresita". Teresita es madre.
Al tío Carlos ya lo traje del geriátrico y está dando vueltas alrededor de la mesa desde la siete porque en el griátrico comen siete y media y acá ya son las ocho y nadie le da de comer.
Mi hija la mayor se compró un vino color azul sabrá uno cómo llegó a aser azul ese vino, mejor no enterarse.
Mi hijo el menor está jodiendo desde las cinco de la tarde con los petardos y otras explosiones varias que alteraron los nervios de Princesa que rompió el vidrio de la ventana de mi pieza y se cortó así que mi hermano el menor se fue del veterinario para le atiendan la hija peluda esa que tiene, mientras la otra hija, la que sí es mi sobrina, se besuquea con el novio en la puerta delante de todos los vecinos. Espero que termine con los chupones antes de que caiga la abuela Remedios de la misa y espero que Remedios no nos traiga de regalo el cura a comer como el año pasado.

viernes, 24 de diciembre de 2010

24. Después de la misa

Volvimos. Todo bien, bastante bien. Incidentes: la Cata masticó la hostia y Remedios de los Dolores quiso que confesara pero el cura le dijo que tenía una extremaunción, que ahora no se llama más así, pero Remedios la sigue llamando de ese modo porque es más dramático, así que a la penitencia se la puso ella: un Padre Nuestro y tres Ave María, eternos, porque a la Cata le empezó a irrigar menos y se le olvidaba la letra. Remedios terminó haciendo la penitencia en nombre de la consuegra como corresponde a una buena cristiana y porque está empeñada en no irse sola al cielo y dice que con la familia que tiene su única esperanza es que dejen entrar al paraíso a Cata que mientras ella rezaba me contaba (otra vez) cómo lo besó al abuelo por primera vez una navidad. Estoy empezando a sospechar a la abuela Cata le irriga según le convenga.

24. Seis de la mañana

Amaneció nublado y con pinta de que el mundo se viene abajo, al menos no nos estamos asando. Perdí en el sorteo así que me tocan las misas no es que me moleste ir a misa me gusta la misa de Navidad pero para Navidad la abuela Remedios va misa a cada rato arranca el 24 y termina el 26 lo que no molestaba a nadie hasta que los más viejos que eran los que iban con ella empezaron a morirse y tuvimos que idear un sistema justo para ver quién la acompañaba que terminó siendo el sorteo que es infalible, infalible para que pierda siempre yo. Lo peor es que hay que llevar a la abuela Cata que como no le irriga se pierde y le entra a dar la paz a los santos, pero la abuela Remedios dice que no importa que no le irrigue que la fe no está perdida está ahí aunque esté poco irrigada y que Dios la va perdonar.
El año pasado la Cata le zampó un beso en la boca a un tipo que tenía al lado porque por la falta de irrigación se olvida que desde lo de la gripe A, la paz se da con un apretoncito de pano no con un beso, que de paso era en la mejilla no en la boca, lo que pasa es que a la Cata las misas de navidad le traen recuerdos de cuando le irrigaba bien no solo el crebro sino todo lo demás y cansada de esperar que el abuelo se le tirara encima, porque en esa época no se acostumbraba hasta el día del casamiento, aprovechó la confusión de la misa de navidad y le puso un chupón que le levantó la sotana al cura del pueblo que los casó a la semana siguiente.
Escucho las campanas y la voz de la abuela Remedios, las dos llaman a misa, me voy.

jueves, 23 de diciembre de 2010

23

23; 32 grados a las nueve de la mañana: capicúa. La abuela salió a jugar un billete de lotería para el gordo con el numerito. Espero que no se derrita en la calle, le dije que cuidado con el golpe de calor y me dijo que me fuera a cagar es que  le irriga poco el cerebro y eso más el calor la pone puteadora, después me dijo se llevaba una coca light, entones le dije que ojo con caer con un pariente nuevo y me sacó la lengua.
A la abuela la dejamos salir poco porque siempre encuentra un medio pariente y se lo trae a la casa. Es que la bisabuela se casó 3 veces así que la abuela tiene hermanos y medio hermanos que tuvieron muchos hijos que a su vez tuvieron muchos hijos también; somos parientes de media Provincia Invencible.
Como la verdura se marchita de un segundo para el otro recién hoy fui a la verdulería y como se toman todo, recién hoy fui a buscar las bebidas y las escondí en el ropero donde se pegotean desde hace un par de días los turrones, garrapiñadas, maní con chocolate y y se derriten las chispitas, también de chocolate, de los budines (es decir todo el arsenal para mantener masticando y callados a los chicos), porque si los dejo en la alacena mis hijos y mis sobrinos no dejan migaja que llevar a la mesa mañana a la hora del brindis.
Como papá está muerto al lechón lo encargamos en el supermercado y como mamá se nos volvió diabética de repente hay un montón de cosas raras desde comidas hasta dulces especiales para ella que hicimos con mi hermana, guiadas por el google. Las cosas (me niego a llamarlas comidas y postres) tienen pinta rara olor a nada y le han puesto los pelos de punta a madre que pretende que todos comamos eso y lo peor: que yo no le de duro y parejo a mi cervecita negra dulzona. Ni soñar! Mi hermana ya me ha tratado de egoísta dice que ella le hace la pata a madre y no toma la cerveza mejor más para mí, y claro, ella no tama porque ella después se va de joda con el novio mientras yo acuesto a toda a la tropa de antepasados y les alcanzo uno por uno las pastillitas para el colesterol, la diabetes, la presión, la depresión, la ansiedad, y la psicosis paranoica del tío Carlos.
Mi hijo el menor ya trajo una caja llena de cosas que explotan y enloquecen a Princesa que no es una sobrina sino la perra de mi hermano que tiene especial aversión a los fuegos y ruidos esos. La "perrita" mide un metro de alto dos de largo, pesa sesenta kilos y cuando escucha el primer petardo empieza a azotarse contra las paredes y a prenderse con los dientes de las rejas de las ventanas de la casa hasta sangrarse las encías (y ensuciar todo que es en verdad lo que a mí me preocupa), entonces hay que salir a buscar un veterninario de emergencia que siempre le da unas gotas rarísimas que mi hermano aprovecha (de paso) para ponerle dos o tres a mi cuñada en la sidra para que no rompa y se vaya a dormir temprano. A la perra la debe querer más que a la mujer porque a la hora de darle las gotas le agarra la culpa, tiene miedo que le caigan mal así  que le da menos de lo que le recomendaron. A la bestia se le ensanchan las pupilas y anda haciendo ochos entre las piernas de todos, como un gato, toda la noche. A veces se hecha y te mira con cara de denme esto todos los días entonces yo agarro el frasco y me lo guardo en la cartera, una nunca sabe, después de todo mi cuñada viene sobreviviendo a las gotas desde hace cinco años y el 25 tiene esa cara de felicidad de la que nos priva empecinadamente (es que es muy tesonera) el resto del año.
La Waldorf me va a salir más cara que hijo de idiota (como decía mi viejo), han puesto las nueces a precio de pepitas de oro, lamentablemente a la hora de la ensalada todavía no están borrachos así que ni pensar en camelearla. La Waldorf!!! !!! me olvidé la crema me voy otra vez al súper, la rep....

miércoles, 22 de diciembre de 2010

22

22 de diciembre, faltan 2 días por suerte abortaron la ensalada de espárragos y alcaparras ahora corre la Waldorf que es más ácida, menos light y si le pongo almendras en lugar de nueces mi otra cuñada, la que es alérgica, se infla como un globo y terminamos todos en el hospital como cuando nació mi primo el Erne. Llovía a baldes y el tío Coco había llevado la sidra y tomaba mientras esperaba. Cuando la enfermera salió el tío le dijo: “que nene feo, ¿está segura de que es el mío? ¿no hay otro?” La enfermera le contestó que no había nadie más que nosotros y le dio el chico. Yo tenía seis años y por esa frase me la pasé teniéndole lástima a mi primo varios años hasta que me avivé que era una broma. No aquello acerca de que si era feo, sino eso de si no había otro.
Escucho que desllavan la puerta; el dragón ha llegado a casa. Otra noche de playa y esos vinos que tienen pinta de cualquier cosa menos de vinos. Por suerte dentro de poco cumple 18 que ahora es la mayoría de edad no como cuando yo tenía 18 (porque será que todo lo bueno ocurre cuando a mí ya no me sirve de nada o cuando yo ya no estoy), decía que por suerte "se mayoriza" y ya no tendré nada que ver: con nada. Otro buen motivo para querer que pasen rápido las fiestas. Pero no siempre fue así hubo un tiempo en que no las odiaba, es más las esperaba y eran más o menos así: comenzaban subiéndonos el veinticuatro (o treinta y uno, se entiende) a la madrugada, al auto. Eso con suerte. La mayoría de las veces, como la suerte es escasa en nuestra familia y ya la hemos acabado antes de llegar a Diciembre, subíamos al auto el veinticuatro (o treinta y uno) a-la-sies-ta. Para los que no tienen le placer de vivir en Santa Fe, bastan un par de datos: temperatura, algo así como cuarenta grados a la sombra y, humedad: setenta por ciento (con suerte) y sol, mucho, mucho y radiante sol santafesino, acuoso y blanco.
En mi familia los lugares en el auto son inamovibles y en orden de importancia, así que los niños (nosotros) ocupábamos el espacio (escaso) que sobraba luego de subir los cajones de cerveza, vino, sidra (champagna no, no supe lo del champagne hasta que tuve edad para tomarlo es que mi cas son todos peronistas), el cordero (o lechón) -es que para papá, sin bichos no era fiesta-. Luego y sin excepción, mi hermana Nina se sentaba al lado de una ventanilla, es que la niña se marea y vomita; vomita incluso si la ponemos del lado de la ventanilla, pero así recibimos menos dentro, en caso de que papá no alcance a detener el auto a tiempo, cosa para lo que se volvió bien canchero, con la práctica. Con una ventanilla eternamente ocupada la primera pelea de las fiestas a brazo partido, es decir a tirones de pelos entre mi hermano y yo, era por la otra ventanilla, disputa que no concluía hasta después de algunos coscorrones por parte de mamá, quedando del lado disputado el que más aguantaba y subía último al auto, cosa para lo que yo nunca no adquirí mucha habilidad.
Después, amontonados dentro del vehículo, quedaban recorrer los casi trescientos kilómetros, para un lado o para el otro, dependiendo de la fecha que se tratara. El viaje, mejor imposible. Quien lo pondría en duda. Sobre todo el de los treinta y uno, sobre la ruta nueve, esquivando pozos, o agarrándolos cuando viene un camión de frente, que es lo que ocurre la mayor parte del tiempo.
Una vez en lo de los tíos: besos gritos y abrazos, con saltos si es veinticuatro, porque en la familia de mamá son todos escandalosos. Si es treinta y uno, la cosa es un poquito más tranquila. No es que en casa de papá sean menos escandalosos, es que cuando se pelean el enojo les dura años. Y no es que en lo de mamá no peleen, es que se olvidan rápido, probablemente para poder volver a empezar, un poco por costumbre, un poco para animar las fiestas. En definitiva, da lo mismo, sólo que es más divertido porque los enojos son siempre por algo distinto. Nunca el mismo del año anterior. Mucho menos el de diez años atrás. Eso hace menos monótonas las conversaciones sobre los demás, los que no están; se entiende.
Durante las fiestas las órdenes que nos impartían a nosotros se reducían a una y era fácil de cumplir. Los chicos no-de-bi-a-mos-a-brir-lahe-la-de-ra. “¿Está CLAROOO?!!!”. “Si mamá”. Por lo demás, vía libre, y, como nadie cumplía lo de la heladera (cosa de la que no se percataban después de tomarse el primer cajón de los que sea) la pasábamos genial. ¡Qué fiestas! El tío Rúbe, pellizcando. Al tío Rúbe le gusta pellizcar y como no lo deben dejar, durante las fiestas pellizcaba a los sobrinos. Eso les daba unas vacaciones a sus hijos. Mis primos: agradecidos. Nosotros y los otros primos, huyendo, o, mejor dicho esquivando; es que el Rúbe aprovechaba cuando uno pasaba por descuido al lado suyo y te zampaba un pellizco en el lomo que te dejaba saltando.
Papá frente al asador, con el bicho resecándose, porque los asa en ocho o nueve horas, no menos, porque: “a-si-se-ha-ce”.
El tío Carlos, vinito tinto en mano prometiendo regalos para año siguiente. Y que nadie le toque su vaso, ni sus cubiertos, ni su plato y cuidado con su servilleta, y que no le vayamos a rozar los pantalones.
“Ves chiquito, hace tres años que tengo este pantalón y no tiene ninguna una mancha ¿Ves? No me vayas a tocar chiquito”. Chiquito éramos todos, mis hermanos, mis primos, o yo, daba igual, dudo que supiera quién era quién. “El tío Carlos el año que viene te va a hacer un regalo. Pero el año que viene, acordáte, no me toqués los pantalones, chiquito”.
Librados de los adultos porque las mujeres se la pasaban en la cocina y los varones en el patio, eso sí, todos cocinando y sobre todo calmando la sed que en el verano acucia arrecia arrebata arremete y parece infinita, nosotros nos aliábamos con distintos fines. Primero: a ver quien le ensuciaba el pantalón al tío Carlos. Segundo: a ver si lográbamos que nos llevaran a tomar helados. Tercero: a ver si la tía aristócrata largaba algunas monedas para regalos. Cuarto: a ver si el tío Néstor nos compraba petardos (a esto siempre lo lográbamos, pero los tiraba él, porque el tío nos ponía como excusa para comprarse petardos sin que la tía Silvia le tire la bronca). Quinto: a ver si lográbamos tomar cerveza. Sexto: a ver si al día siguiente nos llevaban al río.
En aquellas reuniones la abuela era la única que permanecía sobria, pero no por prudente. Es que a ella lo que más le gustaba era arruinarle la fiesta a los otros.”Juicio. Juicio”, solía repetir una y otra vez fresquita y alerta desde la cabecera de la mesa. Por suerte nadie heredó la costumbre de usar navideñamente la palabrita. Aunque no hizo falta, porque la vieja la dejó en el aire y aparece ni bien te querés relajar sirviéndote un vasito de más. “Juicio. Juicio”. Si, abuela, si: juicio.
Después de las doce caían los vecinos, a la casa le entraba a faltar el aire y a los chicos nos mandaban a dormir. Dormíamos todos en la misma habitación, en las cuchetas y en colchones desparramados sobre el piso. Era lo más hermoso de las fiestas. Escuchar a los grandes reír y hablar hasta dormirnos con las luces de la calle prendiendo y apagándose.
Los treinta y uno se le parecían, pero con menos gente tirada durmiendo en cualquier lado, menos ruido, y con el abuelo sentado a la cabecera de la mesa. Lo ponían ahí al pobre y no le quedaba otra que dejarse venerar por unas horas iluminado por el arbolito y teniendo que pedir que le sirvan porque a él lo ponían a la cabecera pero a las botellas las ponían donde se sentaban ellos.
Las fiestas de ahora son mucho más tranquilas y mucho más fáciles de describir. Nos sentamos a la mesa el veinticuatro (o treinta y uno), los cuatro gatos locos que vivimos en la misma ciudad y recordamos durante horas aquellas otras, las viejas, porque si no, las doce no nos llegan nunca, y es una vergüenza que nos vayamos a ver televisión

sábado, 18 de diciembre de 2010

Diciembre

Había salido a tirar la basura y mientras volvía con la cabeza gacha para no ser interceptada por mi vecina que ya había sacado el sillón plegable, el que tiene la propaganda de cerveza Schneider en el respaldo, escucho: ¿A vos te gustan las fiestas? No, soné, pensé, ahora me tiene media hora parada en la vereda. Mi vecina se sienta todas las tardes en la vereda y agarra al primero que pasa y tuve que ser yo, ¡por qué Señor por qué!
Odio diciembre odio las fiestas odio las salutaciones de fin de año. Por suerte anoche llovió y se puede respirar aire fresco en lugar de pis de gato y caca de perro, que es a lo que venía oliendo el airecito santotomesino en estos días maravillosos del maravilloso veranito que se nos viene encima, literalmete.
Me tocaron las ensaladas, siempre me dan las ensaladas porque como soy la pobre de la familia piensan que así gasto poco. Mi hermana eligió una con espárragos y alcaparras, los delirios de grandeza de la gente toma formas inesperadas para la navidad, toman forma de ensalada. No sé quién carajos va a comerse esa porquería con gusto a nada, y encima voy a tener que aguantar que mi cuñada en un acto supremo y único, único y valedero para todo el año que se viene, un acto de caridad y de bondad navideñas, diga: la preparó Bea coman que está rica, mientras la traga haciendo fuerza para que no se le note que le da arcadas.
Por suerte mis hijos crecieron y zafo de los regalos en el arbolito y hasta del arbolito porque cuando el más chico me vino con el asunto de armar el armatoste lo mandé a armarlo a la casa de la abuela. Para armar el arbolito tengo que sacar algo de la cocina minúscula donde apenas entra mi culo, a no ser que saque la heladera ahí no entra así que en cuanto le dije que sacábamos la tele y lo armábamos ahí solucioné el problema sin entrar en conflictos madre-hijo ni morales cristianos: madre-culpa. Qué bueno que la casa es chica.
Además de odiar los saludos odio las películas navideñas que para colmo empiezan el primero de diciembre y por inercia siguen durante todo el larguísimo enero santotomesino, esa especie de muerte en que entra la chacra mientras la Iglesia recuerda orgullosísima a su primer mártir, lo recuerda con la Iglesia vacía porque están todos en pedo, camino a Mar del plata o a Camboriú, según el tipo de cambio del dólar: La Navidad de Sonia, Sueño de Navidad, Milagro de Navidad, Navidad en Boston, Boston en navidad, El reglo de Navidad
Navidad Navidad, como sea que se llamen en todas hay gente sonriendo y lloriqueado porque algún hijo de puta se vuelve bueno de repente y por un día, porque la película termina justo ahí cuando el hijo de puta se volvió bueno, así que vaya uno a saber en qué andará para año nuevo el supuesto flamante buensamaratino, decía que por un día o mejor dicho unas horas porque el tipo se vuelve bueno bien tarde justo antes que la navidad termine, le convida los restos del pavo a algún pobre diablo (que no es su perro).
Me voy al centro a comprar las alcaparras y los espárragos, en latas, porque en mi barrio eso no se consigue. Ojalá mi ex suegra también haga ensalada de espárragos y alcaparras y se atragante con las bolitas.
Felices fiestas, lo primero es la familia, no hay nada más lindo que la familia "unita", de carne somos, etc.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Divorcios

Es que vos nena sos muy rencorosa, me dijo mi tía Otilia poniéndose un bife de cuadril en el brazo a la altura de la BCG para bajar la hinchazón, según ella, porque sin querer, de cruce, el marido (el Migue para los íntimos) le había dado un mamporro por tarada.
Es que yo me acababa de separar del padre de mis hijos porque mi ex me fajaba de vez en cuando y andaba con los trámites para el divorcio y a la tía Otilia le parecía un horror tener una divorciada en la familia. Es que Otilia pertenece a la familia de mi madre, no a los Cuenca, los Cuenca se divorcian se vuelven a casar se apaloman con gente del otro y del mismo sexo, adoptan con sus mujeres hijos que tuvieron con la vecina y todo lo hacen con alegría, torta y vino tinto. Pero en la familia de mamá no en la familia de mamá somos todos católicos apostólicos romanos como le gusta decir la abuela Bienvenida.
Vos nena no sabés perdonar, perdonar con acá me dijo mi tía tocándose el corazón con el bife de cuadril.
Y no la verdad que no, los Cuenca tenemos fama de memoriosos pero en realidad somos unos rencorosos de la puta madre, sobre todo los judíos porque en la familia tenemos dos que se pasaron al bando anti cristiano por razones incuestionables, es decir de calentura incontrolable. Por suerte se divorciaron y volvieron al rebaño porque la abuela Remedios de los Dolores ya nos tenía cansados con tanto rezo del rosario, misas de sanación del alma -que duran como tres horas- y estaba a punto pedir un exorcismo.
Pero esos son la familia de tu padre y vos sabés cómo son todos en la familia de tu padre, me dijo la tía Otilia cuando le recordé los divorciados que me precedieron en el juzgado de familia para empezar el trámite. Acá me salvó el Migue, marido de toda vida y único hombre para más datos -entiéndase único que se acostó con ella-, que ni bien la vio con el bife de cuadril en la mano le dijo qué hacés con eso cada día más tarada vos. Qué hacés nena, me dijo después. A qué hora comemos, le dijo después a Otilia, no pensarás cocinarme ese bife que estuviste manoseando.
La nena se separó se va a divorciar qué desgracia, dijo Otilia y el Migue sin mirarme me dijo: ya era hora, en el club hay un par de muchachos que por unas cervezas te lo cagan a palos si vos querés
Lo voy a pensar le contesté.

viernes, 8 de octubre de 2010

Amiga non sancta

Gracias a Dios tengo una amiga puta ella hace todo lo que yo me animo, sale con hombres más jóvenes que ella, se tiñe el pelo de rojo, y baldea la vereda en tacos y remera con estampes de piel de leopardo.

También usa minifalda con botas y tanga y fuma y...para qué dilatarlo más ella mi amiga la puta sabe de qué se trata, se le nota en la cara que sabe. La Merce exuda sexo, lo exuda por todos lados por la boca por esas nalgas enormes por las tetas que muestra en un 90 %. Si una puede superar la envidia y sobre todo no convertirla en elaborados argumentos morales para abandonar la amistad, tener una miga puta tiene sus ventajas:

1-nunca la van a juzgar a una porque son gente de mente abierta, abierta en serio no de pose

2-cualquier duda una sabe dónde hay respuesta

3-nadie sabe más de hombres, de los genitales de los hombres, se entiende, que es la única parte que a ellos les interesa que a una les interese de ellos.

4-no importa cuán reprimida sea una porque hay un ser a través del cual una se atreve a todo

5-siempre están dispuestas a dar cátedra; a presentarte tipos lindos; a acompañarte a cualquier parte, incluso a una cena familiar a la que acudirán vestidas de señoras y terminarán encantando a toda a la familia; a teñirte el pelo; a cuidarte el pibe con tal de verte salir una vez con un tipo; a comer pizza -una pizza enorme con doble queso y salame-; a mirar películas estúpidas, y sobre a llorar a llorar mucho cuando la ocasión lo amerite.

Podría seguir... baste decir que adoro a la Merce sobre todo cuando cae a casa a las doce, medio en bolas y oliendo a pucho, prepara mate y se sienta y me cuenta y yo me río hasta que se me saltan las lágrimas.

Pintar no es fácil

No es fácil pintar y yo que creía que era una pavada y me puse a rasquetear y lijar y después lavar la ventana la maldita ventana de lata del comedor y cuando la tuve toda limpita mirándome como dicíendome pintame pintame sonreí, ahora viene lo fácil y lo lindo pensaba después de tanta uña quebrada y de tanta mano hinchada y de tanta piel lijada; ahora pongo la radio y escucho música mientras pinto que es lo lindo pensaba y hasta me sonreí cosa que meprovocó un cortecito en camisura dada la fata de costumbre... hasta que agarré el pincel. Pintar es una porquería la pintura es lo suficientemente espesa para ir medio secándose mientras la estás pasando y los sufiente chirle para chorrearse por todos lados, además se ven las marcas de los pelos del pincel y además te ensuciás y además ...el nene quiso ayudar

-Ayudo
-Bueno -qué lindo compartir una actividad con el nene. El nene ya tiene 13 y por el estado en que deja los calzoncillo me parece que es hora de que le explique sobre el asunto, a lo mejor mientras pintamos...
-Vos ehmmm pintá parejito
-No soy tarado
-No ya sé ¿Qué soñás?
-¿Qué?
-Qué soñaste anoche
-Que me comprabas la play 3
-En serio porque yo te quería decir que como ya tenés trece te va a pasar que a la noche lo que pasa es que
-Ya me explicó el Licho
-Bueno

jueves, 7 de octubre de 2010

Día de la madre

El día de las madres comienza del día anterior que siempre es sábado. Uno se da cuenta porque puede verlas en el supermercado cargando el carrito como si la familia estuviese a punto de mudarse por una semana a un refugio anti-bombas o huracanes. Eso por la mañana. Por tarde comienzan los preparativos en el hogar dulce hogar. Entretanto, -digo entretanto la madre comienza a disfrutar por anticipado de SU DÍA batiendo la torta, mientras piensa en la entrada y el plato principal, sin olvidarse del postre-, los hijos envuelven (a escondidas) ese regalito que saben (con absoluta certeza) que ella espera con ansia y alegría; ansia y alegría que se verán reflejadas en su rostro cuando abra el paquete y encuentre… no, una alhajita no. No, tampoco un par de zapatos (menos de los buenos). No, no, tampoco. Encuentre… al abrir el paquete… ¡eso!, eso que a todas las madres les encanta, ¡eso! ¡si!; a las madres no hay nada que les guste más que ser madres, así que ahora sí acertaron, ¡una plancha!, una maravillosa plancha de esas que parecen una nave espacial, llenas de lucecitas; una plancha o una olla pero no cualquier olla; esa olla de última generación, de teflón, antiadherente, esa que no se pega y cocina y también se limpia sola, sola. Para los respetan las tradiciones esas cosas raras no van, para ellos, primero la tradición, así que la mamá de los estos clásicos, al abrir el paquete encontrará…la infaltable plantita.
Y si, a mamá le encantan las plantas: que se le secan, que se le pudren, que las pone en fondo donde nadie las ve. No, no es que esté cansada de 20 años de plantas, es que ella no tiene manos para las plantas, pero le encantan.
Después de todo, esas cosas (materiales) no tienen importancia, es por eso que nadie le pregunta qué le gustaría recibir, ni se toma el trabajo de tratar de adivinarlo. Es que todos lo sabemos: para cualquier mamá el mejor regalo somos nosotros, sus hijos. ¿Quién lo pondría en duda? Es por eso que le caemos en patota (con el paquetito en la mano), lo hacemos cerca del mediodía, restregándonos todavía las lagañas; lo hacemos por ella, para que vea y sienta que la queremos y tenga SU maravilloso e inolvidable DÍA DE LA MADRE.
Si mamá ya no está en este mundo, no importa, siempre habrá una hermana mayor o una cuñada (la buena), así que el domingo, el tercero del mes de octubre…
—Mamá, ¿qué quiere decir sinateo?
—No sé atendé que golpean. Si es el tío Gerardo decile que mire que pasa que no anda el timbre.
—Mamá el tío está mirando el timbre pero dice que qué hace después de mirarlo ¿qué quiere decir sinateo?
—Hay, no sé bajame el fuego del horno dale que se va a secar la carne.
—¿Quién cumple años?
—Nadie, nene, nadie cumple, es el día de la madre y viene tu tío a comer, y tu tía y tus primos.
—¿Y la tía Marina?
—También, también.
—¡Yo hoy no seco los platos ¡eeh! ¿y qué quiere decir sinateo?
—Hola Bea ya miré un rato el timbre ¿puedo pasar? ¿Qué te pasa a vos?
—¿Qué quiere decir sinateo Tío?
—Menos mal que llegaste Gerardo, andá al súper que me olvidé la coca para tu cuñada que sin coca no come.
—¿Qué quiere decir sinateo tío?
—Me parece que se quema algo Bea
—¡Mamaáaaa. Mamáaa! Tierra llamando a mamá, tierra llamando a mamá, tierra llamando
—¡Qué querés nene!
—¿Que quiere decir sinateo?
—Esa palabra no existe.
—El señor de la radio la dijo.
—El señor de la radio se llama de Diego y no la dijo.
—Si la dijo, ¿el de Diego del noticiero?
—Si. Gerardo andá al súper que cierra.
—El señor de la radio dijo la madre es el único Dios sinateo en la tierra
—En todo caso sería diosa, ¿no te parece sobrino?
—Hereje, lindo ejemplo para la criatura. Traeme la crema y ya que estás empezá a batir
—¿No me mandaste al súper?
—Ahora batí. Nene andá de Pucho que te de una coca después paso y le pago.
— Yo creía que diosas eran la de Tinelli.
—¿Y vos cuándo viste a Tinelli? ¿Te dije que si te pescaba..! Andá a buscar la coca para tu tía.
—No, ¡yo no vi!, me contaron los chicos en la escuela.
—Voy a ir a hablar con la maestra.
—¡No mamá que me van a decir marica!
—Hermana sabés que me gustan, pero no entiendo esta manía tuya de los fideos caseros. ¡Mirá que despelote!
—Yo si. Si mamita estuviera acá y te escuchara. ¿No ves que así es como si estuviera?
—No, no veo ¿dónde?
—Siempre fuiste mal hijo vos, no respetás ni a los muertos ¡pobre mamita!
—¿Y mamá…que quiere decir sinateo?
—¿Trajiste la coca?
—Si ¿Qué quiere decir sinateo?
—¿Qué le regalaste a tu mamá Leo?
—Una planta así de grande, ¿la querés ver? ¡Mostrale al tío mamá, dale, dale!

Los Cuenca

Los Cuenca somos una familia grande, grandísima, así que si uno no se ocupa de uno, nadie lo hace, es por eso, que a los codazos, nos abrimos paso en el mundo sin el menor temor, porque antes practicamos dentro, dentro de los Cuenca y “entre” los Cuenca, como Dios manda.
Como ya dije en algún momento con anterioridad, los Cuenca somos como las langostas (muchos y persistentes, persistentes depositadores de Cuencas en el mundo), y también, al igual que las langostas, viajamos en patota cuando la ocasión lo amerita; como para los entierros.
Es que en mi familia, con los entierros hacemos como con los casamientos, vamos todos. Viajamos desde donde sea, aunque sepamos que vamos a llegar para cuando estén sellando el cajón, que, como cualquiera sabe, es el momento más dramático. Lo hacemos así porque no queremos quedarnos fuera en la herencia, es a que a nuestros muertos, les gusta dejarnos a cada quien lo suyo. Así que nos apuramos, ni bien recibimos la noticia, trepamos a los automóviles sin olvidarnos del mate y viajamos… viajamos. Como para el funeral de mi viejo, en el que además hasta viajó él, en una cajita pesada, blanca y fría, sobre el asiento del auto, escuchando putear a mi hermano por la neblina, pelear a mis sobrinos con mis hijos, viendo comerse las uñas a mi hermana, que se la pasó revoleando el permiso de circulación que nos dieron en el cementerio en cada caminera que cruzábamos (aunque nadie nos pedía nada) y lloriquear un poquito a mamá, como corresponde a toda viuda decente.
Como decía, viajamos todos, por lo de la herencia, por no llega tarde a la repartija, no de los campos, porque a los campos los perdió, uno a uno, el bisabuelo Ramón, por negarse a pagar los impuestos, sino del muerto, y es que, mientras todo ocurre, es decir el desfile de amigos, vecinos, sandwichitos y colados, no reímos de todas las que hizo el finado hasta que le tocó que lo pongamos en la caja. Nos reímos tanto que se nos caen las lágrimas, es por eso que parece que lloramos, nos reímos, en parte, porque no somos muy amigos de las lamentaciones y además, porque nos gusta poco llorar, excepto de risa, de risa se nos va la tarde, como quien dice. Pero sobre todo, reímos, porque en nuestra familia, los muertos tienen un compromiso con los vivos: el de repartirse entre los que quedan, y es él, el que aparentemente se fue, el que nos obliga a reír, cuando se nos adentra despacito, para dejarnos alguno de esos gestos que se repiten una y otra vez en mi familia, alguna de esas frases que pasan de tías a sobrinas, esa manía de pasarse las manos por el flequillo (jopo, le decían antes) o de tocarse las bolas a cada rato, que tuvo que venir a heredar mi hijo.
Así, de esa forma, nuestros muertos, se quedan vivitos y coleando en cada uno de los que todavía caminamos, y al cementerio, sólo llevamos la caja sobre la que llora, de risa, también el finado.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Cuando pasen las lluvias

Papá era un hombre con demasiados deseos, pobre papá, se los llevó a todos a la tumba o por mejor decir al río, porque después de la cremación ahí fue a parar gracias, para mí, a un dudoso deseo de querer pasar la eternidad en ese río lleno de caca.Papá solía decir que yo me parecía a él y yo, que en este tiempo tenía quince o dieciséis años, no entendía a qué se refería me enojaba muchísimo y hacía algún desplante. “Esta gurisa está loca”, decía mi viejo y yo lo quería matar, pero me aguantaba, esperaba que llegara el domingo y ponía en marcha mi venganza.Los domingos, a eso de la diez de la mañana, comenzaban las trasmisiones de las carreras de TC 2000 de las que mi padre era fanático. El pobre tipo tenía que soportar las quejas de toda la familia, tenía que comer escuchando las quejas porque a nadie más que a él le gustaban las carreras. Con una estoicismo que se parece bastante a éste, con el que yo me sostengo hoy, masticaba en silencio con la vista fija en la tele intentando inútilmente escuchar porque mi madre, que siempre lo detestó -hasta que se murió- lo detestaba tanto que ni bien estiró la pata, ella se curó de la hipertensión –emotiva, como le gustaba recalcar haciendo señas hacia donde él estuviera en la casa-, mi madre, entonces, esos domingos automovilísticos, alentaba las charlas a los gritos en la mesa para taparle a mi viejo la posibilidad de escuchar al relator de las carreras. Y la tortura no terminaba ahí, después del almuerzo la completaba yo, llevaba a cabo mi venganza personalísima: lavaba los platos tomándome todo el tiempo del mundo para azotas trates y cubiertos. Verdad es que no me enorgullezco del recuerdo, una debería venir al mundo con un conveniente botón de Supr. o Resete, para estos casos, pero dicen que la naturaleza es sabia así que por algo se lo habrá saltado.Cuando pienso en papá, lo veo en la cabecera de la mesa un poco encorvado, reconcentrado en la tele, frunciendo la boca como toda muestra de protesta. Claro yo pensaba que no me decía nada porque después de todo estaba lavando los platos y ¿quién no hace ruido cuando lava los platos? Pero no, ahora lo sé, no movía ni un músculo ni pronunciaba una sola palabra de reproche por el mismo motivo que hoy yo tampoco lo hago.Lo que me quedó por averiguar es si me pudo perdonar.-Gorda chota -¿y ahora por qué, por qué, qué le hice?; le hice la cena-una diferente para ella porque ella no como fideos-, la llamé 3 veces -y dos recibí un ladrido que pasé por alto; se la calenté porque vino cuando se le dio la gana; no la contradije cuando dijo que estaba a favor del aborto y de matar a todos los pobres porque eran negros mierda; le hice el ruedo de la pupera ésa que se compró que la hace ver como puta barata y lo hice sin chistar; le afeité el bigote aunque me lo pidió a las once y media de la noche. Algunas veces pienso que ese bigote es la justicia de Dios actuando y me río; pero hoy no hoy no me río.Gorda chota...la verdad me entró directo al medio del pecho como un mazazo, me faltó un ratito el aire, pero respiré hondo haciendo fuerza para que me entrara a los pulmones y me senté en la compu, abrí el blog...Gorda chota...Gorda chota porque sí, porque sí nomás. Entonces como eso no le alcanzó como me vio sentarme a la compu y entrarle al teclado en lugar de gritar reclamar y después llorar ...-¿No podés hacer un poco más de ruido?, sos insoportable -mejor dejo el teclado, parece que hace mucho ruido. Si ella que se trepa a la pared para saltar dentro del boliche -porque todavía no tiene la edad-, lo dice, debe ser que hace...y mucho.No sé qué es no sé si es estoicismo, cansancio, resignación o simplemente dolor.Me pregunto a qué conclusión habrá llegado el viejo;... y sí, ahora que lo pienso, a lo mejor nos parecíamos, o a lo mejor nos parecemos ahora que yo tengo la edad que él tenía entonces, claro que no hay que exagerar, por más que haya un gorda chota en medio que nos iguale en desilusión y preguntas sin respuestas: con el viejo nos parecíamos ...un poco nada más.

martes, 5 de octubre de 2010

La perra de la vecina

Salió corriendo peleándose con la hija, no no la vecina, no; la perra de la vecina, no no estoy siendo ácida, la vecina es una perra pero esa es otra historia, hablo de la perra de la vecina que también como la vecina y como yo tiene una hija y estaba pensando mientras rasqueteo la pintura descascarada de la ventana que como la mía, la hija de la perra de la vecina, es decir la perra más chica, que no se confunda con la hija de la vecina que también es otra perra como la madre, que no se confundan las chicas, digo, porque hablo de la perra de la vecina que también tiene una hija que lógicamente es perra; uff, decía que la perra de la vecina salió corriendo tirando tarascones tras la hija, también perra -aclaro por las dudas-, y la perra de mi vecina me dijo (sí ahora me refiero a mi vecina que es una perra): es que la más joven sale más rápido que la más vieja entonces la más vieja se enoja y la sigue y la mordisquea. Para que respete la autoridad materna, agregó con una sonrisa perruna en el hocico, perdón la boca.
...
Sigo rasqueteando sólo que ahora en lugar de pensar que debería poder ganar lo suficiente para pagar un rasqueteador-pintador de ventana, pienso, que al parecer entre las perras existe también ese asunto que no pudo resolver Freud, ése, el que existe entre madres e hijas, que se extiende aparentemente entre los 14 y los 40 años, hablo de los años de la hija, claro si el cuerpo de la madre aguanta, y que pasa por varias etapas a saber: guerra incipiente, guerra declarada y guerra fría -esta es la fase en que la hija finge que la madre le resulta indiferente, es decir que para la madre la cosa ya viene mejorando-; después viene, vuelvo a aclarar, si es que el cuerpo de la madre se la aguanta, la etapa del encuentro, claro que puede ocurrir que ocurra un estancamiento, un atrofiarse, un empantanarse, un detenerse, un quedarse de la hija en la etapa de la guerra declarada o la fría: bien... en ese caso cuando la hija llega a lo 40 la madre debe declararse inocente de culpa y cargo porque a partir de ahí el asunto es problema de la hija no de la madre, problema de estreñimiento emocional con algo de síndrome de Electra y cien gramos de idiotez.

Y seguí pensando y pensando, mientras rasqueteaba, que si ni Freud lo pudo resolver y afecta también a las perras por algo ha de ser, que hay aceptar lo que Dios manda, como dice mi hermano el cura y seguí rasqueteando... ¿Me faltará mucho para descansar en la guerra fría?

domingo, 3 de octubre de 2010

Piojos

Me parece que mi hijo me pegó un piojo Uff!!! me pica me voy a teñir: si es piojo lo mato si es alergia me quedo sin pelo. Gorda sin pelo mejor me paso el peinecito fino y dejo las canas para la semana que viene.
Ahí se levantó el dragón, lo sé porque escucho la puerta que se azota contra el marco y queda vibrando, algo así como paf no cualquier paf un paf estrepitoso y metálico y después brrrtraactactac o algo así durante algunos segundos, segundos necesarios para que yo alertada por el paf huya para evitar el encontronazo con el dragón que ya está entrando con el pelo revuelto el rímel corrido cara de me tomé un ferné con coca , yo digo que para mí son más pero ella dice que es uno, claro que también me dijo que no hizo la llamadas al celular que sumaron un sueldo y 42 horas de parla y casualmente el celular era del pibe que suponía era el novio, noviecito, como le gusta decir a mi madre para restarle importancia y junto con la importancia peligro de encamada que la nena ya está en edad y la vieja pavota lo que se dice pavota parece pero no es.
Me pica, si no me picara podría quedarme un rato más en la pieza haciéndome la dormida mientras el dragón arrasa con las milanesas que quedaron del mediodía, pero...me pica así que no me queda otra salgo con la intención de atravesar la cocina, el pasillo, esquivar la metralla y entrar en la cueva del dragón porque como cada primavera, cuando empiezan las clases de natación se llenan de piojos y el peinecito fino empieza a circular por la casa y que los parió que me parece que me pegaron un piojo qué asco! y cómo pica aunque a lo mejor es el champoo que me regaló mi cuñada que ahora que lo pienso está vencido, es la primera vez que veo un champoo con fecha vencida, se lo tienen que haber dado para algún día de la madre o de la maestra y me lo enchufó a mí con el cuento de la alergia a la frutilla que el puto champoo es rojo y huele a frutilla (sin crema qué picardía)
-Hola, ¿noooo? -el dragón habló y no fue para decirme gorda fracasada, qué alivio me parece que me saludó por las dudas contesto.
-Hola.
-¡Ah, bueno! -me parece por el tonito que se viene la maroma así por las dudas le saco su tema predilecto: sacarle mano a las amigas.-¿Qué tal anda la Caro?
-Qué te importa -cierto a mí que me importa. Intentemos con el cole.-¿Cómo va lo de levantar el aplazo en liquidación sueldos?
-Mal cómo querés que vaya si el tipo es loco.
-Es que ese profesor quiere que piensen.
-Claro vos siempre en mi contra -me pica me pica más.
-No, no estoy en tu contra, te explico, porque si lo entendés, no te vas a enojar con él y porque enojarse arruga -¿se me notará el tono de psicóloga de entrecasa?
-Te encanta decir boludeces -sí se me notaba-, siempre lo mismo siempre en mi contra siempre diciendo boludeces, siempre metiéndote con mis amigas, ¿por qué no te comprás una vida? -en eso justamente pensaba pero no me da el sueldo.-¿Vos tenés el peinecito fino en tu habitación?
-Habitación, hacete la fina, te encanta hacerte la fina. No no está en mi ha-bi- ta- ción.
-Por las dudas voy a ver porque acá no está.
-No entrés a mi pieza siempre queriendo revisar mis cosas....-revisar cosas...cosas sucias desordenadas...cosas que eran nuevas la semana pasada y parecen sacadas de la basura ésta ...ni loca ni loca reviso a ver si encuentro un forro o un porro.-¿Ves ves que no me escuchás?
-Te estoy escuchando.
-¡A ver a ver qué dije!
-Que el profesor es machista y que a la Carito la tiene de punto y que te sacaste 10 en el simulacro de la prueba pero seguro 3 en la prueba porque como de costumbre tomó cosas que no sabés de dónde sacó...
-¿Ves que no escuchás? Repetís, pero no escuchás
-Debe ser la cruza con loro.
-No sos graciosa -ahora se ríe, ahora se ríe y me parece ver la pibita que se reía todo el día, que en la primaria quería ser abanderada, que miraba conmigo películas de terror clase B en blanco y negro, que se sabía de memoria "La bella y la bestia" a los 3 años y que todos los días, todos, abría el libro y fingía leerme el cuento.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Reunión de padres

...en la escuela dónde más y para entregarnos la libreta para qué si no. Una empieza a comer para calmar la ansiedad desde el mismo instante en que el pibe entra y te dice: tenés una nota en el cuaderno de comunicaciones. Ahí nomás una se zampa un bizcocho y después agarra el cuaderno y lo abre esperando la trompada y resulta que es la noticia del día y la hora de la reunión. Menos mal piensa una masticándose el segundo bizcocho para aflojarse, pero, inmediatamente después después de tragar el segundo bizcocho, una corre a buscar el tercero porque el pibe vuelve y te dice: la de matemática quiere hablar con vos, la de plástica quiere hablar con vos, la de historia que es una vieja loca quiere hablar con vos, la preceptora dice que es la última vez que me pone bueno en conducta, si yo no hago nada si me porto rebién...al resto una no lo escucha, está ocupada preparando una pastafrola porque le ha dado una repentina necesidad de algo dulce que por otro lado servirá además de para calmar el hígado para hacer llevadera la cuenta regresiva hasta el viernes, cuenta descendente en días y ascendente en porciones de pastafrola, porque a las reuniones las comunican los lunes pero son siempre los viernes, claro ellos se sacan el bulto de encima y se van livianos hacia el sábado y una se queda con la libreta y las quejas atragantadas todo el fin de semana. Y como una lo sabe por las dudas el viernes tempranito como ya se quedó sin pastafrola se prepara unos sconcitos para el mate porque al padre de la criatura mejor amansarlo antes de mostrarle las calificaciones...y lo peor del asunto está por llegar, una sabe que lo peor no es tomarse el colectivo hasta la escuela, entrar y saludar con cara de espero que esa mirada no sea para mí, ni va a ser lo peor agarrar la libreta ni escuchar a los maestros y a la preceptora y al portero (porque el pibe se divierte dejando sus huellas en las paredes del baño -pintura rupestre dice que hace, bueno al menos estudia historia-); lo peor no va a ser el murmullo ensordecedor en el salón de actos donde estaremos todos, todos los valientes y todos los masoquistas, (sí también van los orgullosos pero esos van a a ser felicitados así que no cuentan), ni la cola que habrá delante "de la de lengua" "de la de matemática" y de "la de geografía", ni escuchar qué genios son los hijos de los genios, ni los lamentos de los piensan que han parido angelitos sabios incomprendidos, ni los enojos de los que creen que las maestras son las únicas responsables de que su criaturita sea una bestia indomable, ni oir oir con la boca abierta, lo maravillosamente encantador carismático emprendedor valiente estudioso gordito y con bigotitos (no esto último no) que es el hijo de una pero que "como es un poquitito distraidito, por eso, se llevó el 1 en concepto y el 5 en la libreta". No, nada de eso es lo peor lo peor es volver, volver a la casa y ver al supuesto estudiante responsable y respetuoso tirado en la cama dale que va con la Play que ni bien entrás te mira y te dice: ¿y qué te dijeron?, entonces una le pasa el parte como si diera lección mientras el pibe se inventa unas historias que para qué te cuento acerca de la injusta vida, la injusta maestra, la injusta escuela, la injusta actitud de una, sus derechos constitucionales y de paso te llora para hacerte sentir culpable porque te atreviste a sugerir la amenaza de dejarlo sin jueguitos el fin de semana por el aplazo en Formación Ética, cómo no lo van a aplazar en Formación Ética (y Ciudadana) si el pibe se cree Nerón, si se la pasa echado, pidiendo comida, preguntando dónde están las cosas que se supone él debió guardar en los cajones, diciendo: "y ya que estás traeme agua"; si te dice "cómo te quiero mamá" y cuando le pedís que ayude llevando los cubiertos a la mesa se lleva solo los de él, y cuando le pedís que vaya a compra el pan te dice: hoy no tengo ganas de comer pan y cuando lo eligen para cantar en un acto se hace el resfriado y si le preguntás qué querés ser cuando seas grande te dice: rico, y si le pedís que ayude al compañerito que no aprueba en esa que él tiene 8 te dice "ni en pedo, que se arregle"...lo peor, entonces, es tener que reconocerse, sentada frente a la tele, con el mate en la derecha y sconcito en la izquierda, que "la de Formación Ética y ciudadana" tiene razón...
...por suerte para cuando pasa el chubasco es decir después del llanto y los argumentos telenovelescos del pibe y los reproches del padre del pibe: "esto pasa porque vos lo malcriás", es decir para el lunes siguiente a la reunión, todo vuelve a la normalidad la tranquilidad reina el pibe ha hecho penitencia y también promesas, así que todo todo excepto la cintura de una vuelve a su sitio, hasta la próxima reunión, claro está.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Amigas y caminatas

Domingo, amiga del alma o de caminata, un kilito menos, un kilito menos, un kilito menos, sacudiendo los brazos con energía, al menos los primeros 20 minutos, ganar kilómetros para aplastar la barriga dando vueltas a la costanera jadeando entre sílaba y sílaba porque después de la primera pasada desde el puente del ferroarril hasta el anfiteatro o mejor dicho el agujero donde antes de la inundación estaba el anfiteatro, primera pasada ida vuelta es decir vuelta completa, no te queda aliento para palabra completa mucho menos para frase completa y en mi caso ni para idea completa aunque sea silabeada porque a las bocanadas como pescado imposible hablar...claro hablo de mí porque la Lili se habla todo no sé cómo hace con las piernas cortísimas que tiene para caminar a una velocidad que para igualarla o casi morir en el intento de igualarla voy a las zancadas medio corriendo y con los ojos que se me saltan de las órbitas, medio doblada, retorcida, con los brazos que me pesan y hormiguean, mirándole el culo y más abajo los piececitos que ni se ven de lo rápido que andan y todavía más abajo los baldosones de la costanera que parece que se mueven que pasan veloces bajo mis pies y ahí ahí abajo pisoteada por la Lili mi intensión de bajarme unos kilitos, sin lograr ponermele a la par.
Para colmo Lili habla habla habla y pretende no solo que entienda sino que además le conteste y no solo que le conteste sino además que le diga algo inteligente y no solo que sea inteligente sino además que le sirva para solucionarle el asunto que siempre es: hombres...
Hombres: la Lili tiene un par de problemas con los hombres pero quién no los tiene sobre todo si una anda a la pesca. El problema de andar a la pesca es que se pesca y con la predación el asunto es que no quedan más que bagres, apretadores y amarillitos llenos de espinas y esta vez el problema de la Lili era un amarillito bien chiquito de esos que es mejor devolver al agua porque ni carne tienen y como no tienen carne se te atragantan en el pescuezo porque siempre alguna espina se escapa de control y es bien difícil sacátelos de ahí; demás está decir que para estos hombres-pescado no vale masticar miga de pan, hay que encontrar una solución más o menos drástica según convenga. Así que le dije a Lili que le siga la corriente y después de una de esas noches de poca carne le dijera que se había enamorado, eso nunca falla, ni siquiera con los espinosos, ni bien les decís que vayan el domingo a tu casa a tomar mate les agarra el amor por la santa madre o se acuerdan de que tienen trabajo atrasado en la oficina y como los celulares son delatores impunes de nada sirve que los llamés hasta gastarte los dedos; nunca más los encontrás en ningún lado. Pero esta vez no fue así, esta vez el espinoso no tenía madre y al trabajo atrasado se los hacía hacer a los empleados y la Lili me quería matar porque el domingo espinoso se le había aparecido en la casa con un pollo para que ella se lo preparara al horno con papas y tomates y morrones, también quién la manda a contarle al tipo que cocina y encima rico, en fin, lo peor de encontrarse un espinoso es que el espinoso esté más necesitado que una, en esos casos no valen los razonamiento tipo: vos te merecés algo mejor ni hacerse la confundida tipo: me parece que me gusta una mujer, ni las escenas de histeria por una boludez a ver si se asustan y rajan porque los tipos se sientan te escuchan y después te consuelan. En esos casos queda recurrir a los extremos: la mudanza o el asesinato, pero me parece que la Lili no lo quiere matar así que seguro se muda. Voy a necesitar otra compañera de caminata, lo que viene a corroborar que a mí, con los tipos, siempre me va mal, aunque sean los tipos de otra.
Domingo, hombres y caminata con amiga y qué caminata con el olor a pescado que sube del Salado y los críos del barrio y de otros barrios que chillan en el parque y los que andan en bicicleta y los que pasean los perros y esas otras mujeres que también caminan o corren corren corren lejos de la casa y el marido y los hijos y las madres, sobre todo las madres; cualquier cosa con tal de pasar un domingo en paz...hasta lustrar los baldosones con la lengua.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Familias grandes

Lo bueno de las familias grandes reside en la calidad y diversidad de sus integrantes, ingredientes ambos, indispensables, para que por uno u otro motivo, siempre alguien ande aliado con alguien para estar momentáneamente disgustado con alguien. Esto, que puede durar entre veinticuatro horas y veinticuatro años, da siempre mucho que hablar; es por eso que los diarios se nos amontonan sin abrir sobre los escritorios, en el ropero de la abuela y en el galponcito del fondo, siempre en ese orden de ruta obligada. Es que las noticias, esas con las que se llenan las páginas de los diarios, nunca son tan interesantes como las que recorren, por teléfono o carta, ahora también e-mail, el territorio nacional de mi familia. Es que somos muchos y además amigos de las distancias, distancias físicas, ideológicas y morales, entre otras. Motivo éste, que nos ha llevado a desparramarnos sin el menor pudor por el país, que, dicho sea de paso, consideramos, cómo decirlo sin que suene a patriotismo (mala palabra ésta en los tiempos que corren), nuestra patria.

Además, las aglomeraciones familiares, siempre se prestan para que se enfrenten toda clase de ideologías, ya sean políticas, religiosas, deportivas, morales o éticas (cosa ésta última, que algunos tenemos, otro no, pero lo guardamos como otro de nuestros secretos familiares).

También, con tanta gente, en mi familia, las diferentes generaciones se enredan, ya que el tío de uno puede llegar a tener la misma edad que uno, así como el primo hermano de uno, la misma de nuestro padre. Entonces comenzamos a llamar tío al primo y primo al tío, creando la primera serie de confusiones para los recién llegados, paridos o entenados, que crecen sin entender demasiado los lazos familiares y hasta sin enterarse de los nombres con que nos hemos ido registrando en este mundo, ya que, salvo alguna que otra excepción (entre las que no me encuentro) todos tienen un apodo, por lo general bastante ridículo, que los acompaña hasta en la lápida.

Lo malo de las familias grandes, es que hay muchos por los que andar sufriendo. Si no se le murió alguien a alguien, se le enfermó alguno a otro, un novio se fue, una repitió el año, alguien no puede embarazarse o, lo que es visto como peor, se embarazó la que no debía; como con la Pochi.

Pochita, mi prima, vivía en la ciudad de Córdoba, donde estudiaba medicina, en tanto su madre, mi tía Mariquita, pregonaba por el pueblo, mientras fumaba cigarrillos que armaba en la casa, porque tener a la Pochi en la ciudad los tenía en la ruina, las hazañas de su hija: “la doctora”.

Con lo que no contaron mis tíos, es que una de esas hazañas llevaría el apodo de Tatu. Ellos decidieron, no por el que dirán, sino para el bien de mi prima, adoptar a la pequeña y que Pochita continuara con sus hazañas en la ciudad, a las que un año mas tarde apodaron Corchito.

Tatu vive tranquila con sus abuelos que piensa que son sus padres y llamando hermana a su madre, mientras nosotras, las otras primas, nos preguntamos si sabrá y se hará la tonta, o si es tonta nomás.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Engordar


Engordar...

"Panzotota grandotota"
El pibe (mi hijo) me dijo panzotota grandotota y me dio palmaditas en la panza y a mí me sonó a tambor y yo le dije me dejaste así vos y el pibe (mi hijo) me abrazó y me dijo: cuánto te quiero y después me dijo mamá ¿Vos sabés que vos no sabés todo no? Te comunico vos no sabés todo y fue ahí que entró la voz de la piba (mi hija) que siempre parece ausente frente a la compu pero que por las oportunas (generalmente crueles) intervenciones una sabe que tiene las orejas y un ojo vigilantes sobre la casa -completa-, decía que entonces entró la vocecita de la piba (les recuero: mi hija) llegó hasta mi oidos con ese volumen de noche en el boliche y agregó: "No es que no sabe todo, es que mamá NO SA-BE-NA-DA"
Bien, yo respiré hondo y dije (medio gritando para que oyera la cibernauta chateadora facebookeadora): en el manual de cómo saber si sus hijos son o no tarados (bueno el manual lo que dice es si van creciendo más o menos normales), acá tuve que parar para escuchar las protestas, las risas, las cargadas irónicas y de mal gusto que sinceramente no tengo idea de quién aprenden, después del parate obligado, entoncese, retomé con los medio gritos a los que agregué gestos grandilocuentes para decir: en el manual del usuario con el que NO vinieron al mundo -a propósito tampoco trajeron garantía ni service gratuito el primer año-, ese manual que tengo en la mesa de luz dice que para 12 y 16 años, pensar así, respectivamente, es correctísimo y síntoma de buena salud mental así que no solo no me voy a enojar ni voy a llorar ni me voy asustar solo me voy a preguntar hasta cuándo dura esto de ser madre, porque aunque una venga bien, según los manuales, es decir que, según el ex, la madre, la hermana y la vecina: NO, una no viene  bien, una viene rodando rodando barranca abajo y entre ortigas, al final una, por más confianza que tenga en sí misma y en los manuales, entra a dudar y no ve la hora de graduarse, porque esto de hacerlos perfectos y productivos y lindos y buena gente y estudiosos y simpáticos e inteligentes, sin olvidarse de la inteligencia emocional que es otra clase de inteligencia, todo según el manual, esto decía, esto que empezó por corroborar si tenían todos los dedos cuando salieron de la panza parece que nunca llega al fin del camino o la labor o el trabajo o la condena, según una lo mire. Y...y además engordar, no es justo además tenemos que engordar !!!
Aviso: las que engordaron ya se enteraron de esto...lo peor de engordar es que una tiene problemas a la hora de comprar bombachas, partiendo de ahí, bueno eso da para otra entrada, porque ahora el pibe me está llamando para que le de el beso de antes de dormir...

martes, 7 de septiembre de 2010

Jabones en polvo y canciones...???

Se escucha una voz de mujer, está cantando:
Tan tan tan, tan la la lara la!

Entra el marido y oye:
Tan tan tan, tan la la lara la!

¡Querida, estás lavando mi camisa con Drive!
La mujer vuelve a cantar exultante de alegría y el marido dice: Drive con burbujas de oxi frescura!

Digo yo, los que venden jabones son idiotas o piensan que las mujeres son idiotas ¿Los hombres piensan que nos hace felices lavarles las camisas? ¿Habrá hecho la publicidad un hombre y si la pensó una mujer? No, imposible. A ninguna mujer, por machista que sea se le podría ocurrir gozar lavando la ropa. No. No, aunque ellos no sepan dónde está eso con lo que gozamos definitavmente no está en el jabón en polvo, a no ser que además de las burbujas de oxi frescura lo carguen con algún alicinógeno, cosa que no creo, por una cuestión de costos.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Sobrevivir...

Si de sobrevivir se trata, el domingo es un día que pone a prueba la habilidad que hemos adquirido en estos menesteres de andar sobreviviendo.
Hay que sobrevivir al domingo porque el domingo más que un día es un obstáculo en la semana, obstáculo para saltar, también dormir; quiero decir que una puede tomar carrera y saltarlo o simplemente no levantarse y dormirlo hasta que se convierte en lunes, esto siempre y cuando una no tenga familia porque si una tiene familia...entonces...no queda otra: HAY-QUE SO-BRE-VI-VIR- AL- DO-MIN-GO, así a las zancadas o a las bocanadas, como salga.
Domingo: madre viene a comer. Padre no porque está muerto, pero le llevamos flores al cementerio es que no es cuestión de pasar un domingo sin sufrir. Si no hay motivo para sufrir entonces visitamos algún muerto así tenemos uno.
Domingo: madre viene a comer. No come son sal, ni con azúcar ni con grasa ni con mucha harina ni con picante...y sí, después de cuarenta años de cocinar (y hacerte tragar sin chistar), bombas de tiempo que en general explotaban a eso de las siete de la tarde del domingo (lo que le dejaba libre el tener que pensar en la cena), ahora, CO-ME SA-NO porque "HAAY" que comer sano y porque "NO HAAY" ("como vos", esto no te lo dice pareo lo escuchás clarito ), decía, "NO HAY" que criar hijos GOR-DOS, acá usa el tonito, sí ese tonito, ese que te hace salta varias neuronas y mirar alrededor para ver si viene para vos, va para tu hermana o para una de tus cuñadas, porque para las madres los hijos varones no tienen nada que ver con casi nada todo es culpa de las hijas o de las nueras ¿Miento? Para consuelo no es que los prefieran sobre nosotras es que son machistas por eso nosotras lavábamos las platos mientras ellos se iban a dormir la siesta, jugar o simplemente se paraban al lado nuestro a chupar una naranja y mirarnos con una sonrisita de "Jodete para qué sos mujer".
Domingo: madre viene a comer...y como una es la mayor, es la nueva responsable de mantener la familia unida así que junto con madre viene la hermana soltera, la casada y las cuñadas y como no se las puede dejar solas el domingo porque ELLAS TAMBIÉN SON MADRES, las madres de las cuñadas.
Domigo: madre viene a comer...me parece que me da neumonía porque hace un mes la tuvo la vecina y me parece que me contagió.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Temprano

Temprano, es temprano, muy temprano, los chicos están en la escuela y gracias a Dios es viernes.
El reloj despertador sonó a las seis menos cuarto. A los chicos los llamo a las seis,  seis y cuarto respectivamente para administrar el uso del baño porque los gritos a esa hora me caen mal y sobre todo porque la vecina, cuando más tarde, a eso de las diez, salgo para hacer los mandados, me pregunta como al pasar, ¿pasó algo? porque escuché a los chicos y me asusté (No, no pasó nada se mataban por ser el primero en mear)
Me levanto un rato antes porque sin mate y 50 microgramos de T4 no funciono; en realidad yo no funciono sin mate y mis tiroides (cosa que ni me va ni me viene) sin T4. Así que necesito esos quince minutos antes de enfrentarme a
-Mamá las medias azules.
-En el cajón.
-Cuál cajón.
-El de la medias.
-Mamá el enano está en el baño y yo me tengo que planchar el pelo ¿No ves no ves? ¡Así yo no salgo, así yo ni lo-ca voy-a- laes-cue-la! Ni loca oíiiis 
-Mamá necesito plata.
-Yo también.

-¿Para qué? ¡¿Para qué?!, es 3, no cobré y ya tienen para la merienda
-¿Y la inflación? ¿No sabés que hay inflación?
Superados los 45 minutos de preparativos los cargo en el auto (que previamente tuve que ir a buscar a la cochera que está a 2 cuadras) y pensando que ya falta poco, solo faltan 20 minutos de andar en el tránsito de las siete, ese tránsito de un auto pegado al otro para poder cruzar el puente, ese tránsito de frenadas y silbatazos de inspectores de tránsito, salgo rezando mientras Engelita y Leo van a los mochilazos haciéndose zancadillas y tratándose con todo amor:
(Gordo boludo correte
Negra bigotuda
Gordo boludo ves que sos un gordo boludo andá por el otro lado
Andá vos Mamá mirá lo que me dice
No le digas gordo ni boludo a tu hermano
pero si ESSS gordo y boludo),
mientras eso ocurre yo solo pienso que cuando llegue a casa voy a estar sola y ahora tengo un blog que me escuche.

Mi familia

Habiendo nacido y llegado a una familia lo que sigue lógicamente es hacer las presentaciones:

Como en todas las familias, en la mía, hay un tío Pepe, un Carlos, un Néstor, una tía Negrita, un solterón, una sedienta de un antepasado ilustre, una que se arruinó la vida al lado del tipo equivocado (además de mí), una prima preferida, una lesbiana, un primo gay, la ligera de cascos (envidiada por la frígida, además de mí), un par de adoptados, algunos colados, un milico, un moralista, un soñador, un sordo y, mi viejo(a mamá no la nombro porque se sobreentiende que está oculta -aplastada- detrás de papá). Para ser exactos, aunque no rigurosamente (es que somos promiscuos y además descuidados), diecinueve tíos, los cuatro abuelos, dos bisabuelos y cuarenta y dos primos hermanos

jueves, 2 de septiembre de 2010

Cinco y media

Fue fácil, lo abrí.
¿Y ahora qué escribo?
Mejor empiezo por el principio, al principio, como todos, nací.

De culo al día, un día reconocido por la humanidad como ocho de Febrero, un día del año del Señor de 1.967, una mujer (mi madre) y un forcep, me empujaron y jalaron respectivamente hacia una luz resplandeciente, como quien dice, una luz que mordía los bordes de las ventanas, una luz que alumbraba o se negaba a hacerlo (al mismo tiempo que mordía los bordes de las ventanas) la Vía Láctea, la Tierra, la América del Sur, la República Argentina, la Invencible Provincia de Santa Fe, la pequeña y por entonces todavía pintoresca ciudad de Santo Tomé y sobre todo, decía, que la luz, al tiempo que mordía los bordes de las ventanas, iluminaba, el microscópico universo de mi familia, universo al que fui empujada y jalada, todo a la vez.
Aquella tarde única, seguida de aquella noche única, que pasé dando vueltas y más vueltas, recostada sobre mi hospitalaria cuna, es que el médico había indicado que me voltearan cada media hora para lograr que mi cráneo recobrara la forma perdida provisionalmente en el parto, decía, aquella noche única, rodeada de enfermeras y parientes, arrojadita a empujones a la vida y casi casi a la muerte también, comenzó la historia de mi existencia (o mejor dicho lo que supongo es mi existencia) esa difícil convivencia entre mi cuerpo perecedero y mi alma presuntuosamente inmortal, bajo el ostentoso signo de Acuario, la suerte echada a las patas de la infiel Cabra, según el popular horóscopo de los chinos, y elevada a exaltado destino, por las fuertes alas del Halcón, merced a el histórico horóscopo Maya.

Cinco de la tarde

Llueve, los chicos están en Inglés, la tele está encendida (como siempre) y mi madre acostada (en su casa, por suerte), porque está resfriada, por suerte así no me cae como quien no quiere la cosa.
Tengo una hora para mí, todo una hora ¿Qué hago?, duermo; no, no, mejor me baño y me hago un baño de crema, y me depilo, que si me muero ahora que si se viene el fin del mundo y me muero ahora y me encuentran van a pensar que dieron con el eslabón perdido.
Ya sé mejor me siento a mirar cómo sufren los que están en la tele de la tarde y aprovecho el tiempo comiendo o haciendo gimnasia; no gimnasia no, mejor unos mates sin bizcochos gimnasia no a ver si me desgarro algo. Si Dios hubiese querido que hiciéramos gimnasia nos habría hecho de goma eva o elástico.
¿Y si me abro un blog, un blog al que hablarle y que me escuche no como mi hija?