Divorciada, madre y para completar: ¡hija, hermana y cuñada!


Desconcertada, con el tiempo del mundo en sus manos... y nadie a quien contarle.




sábado, 18 de diciembre de 2010

Diciembre

Había salido a tirar la basura y mientras volvía con la cabeza gacha para no ser interceptada por mi vecina que ya había sacado el sillón plegable, el que tiene la propaganda de cerveza Schneider en el respaldo, escucho: ¿A vos te gustan las fiestas? No, soné, pensé, ahora me tiene media hora parada en la vereda. Mi vecina se sienta todas las tardes en la vereda y agarra al primero que pasa y tuve que ser yo, ¡por qué Señor por qué!
Odio diciembre odio las fiestas odio las salutaciones de fin de año. Por suerte anoche llovió y se puede respirar aire fresco en lugar de pis de gato y caca de perro, que es a lo que venía oliendo el airecito santotomesino en estos días maravillosos del maravilloso veranito que se nos viene encima, literalmete.
Me tocaron las ensaladas, siempre me dan las ensaladas porque como soy la pobre de la familia piensan que así gasto poco. Mi hermana eligió una con espárragos y alcaparras, los delirios de grandeza de la gente toma formas inesperadas para la navidad, toman forma de ensalada. No sé quién carajos va a comerse esa porquería con gusto a nada, y encima voy a tener que aguantar que mi cuñada en un acto supremo y único, único y valedero para todo el año que se viene, un acto de caridad y de bondad navideñas, diga: la preparó Bea coman que está rica, mientras la traga haciendo fuerza para que no se le note que le da arcadas.
Por suerte mis hijos crecieron y zafo de los regalos en el arbolito y hasta del arbolito porque cuando el más chico me vino con el asunto de armar el armatoste lo mandé a armarlo a la casa de la abuela. Para armar el arbolito tengo que sacar algo de la cocina minúscula donde apenas entra mi culo, a no ser que saque la heladera ahí no entra así que en cuanto le dije que sacábamos la tele y lo armábamos ahí solucioné el problema sin entrar en conflictos madre-hijo ni morales cristianos: madre-culpa. Qué bueno que la casa es chica.
Además de odiar los saludos odio las películas navideñas que para colmo empiezan el primero de diciembre y por inercia siguen durante todo el larguísimo enero santotomesino, esa especie de muerte en que entra la chacra mientras la Iglesia recuerda orgullosísima a su primer mártir, lo recuerda con la Iglesia vacía porque están todos en pedo, camino a Mar del plata o a Camboriú, según el tipo de cambio del dólar: La Navidad de Sonia, Sueño de Navidad, Milagro de Navidad, Navidad en Boston, Boston en navidad, El reglo de Navidad
Navidad Navidad, como sea que se llamen en todas hay gente sonriendo y lloriqueado porque algún hijo de puta se vuelve bueno de repente y por un día, porque la película termina justo ahí cuando el hijo de puta se volvió bueno, así que vaya uno a saber en qué andará para año nuevo el supuesto flamante buensamaratino, decía que por un día o mejor dicho unas horas porque el tipo se vuelve bueno bien tarde justo antes que la navidad termine, le convida los restos del pavo a algún pobre diablo (que no es su perro).
Me voy al centro a comprar las alcaparras y los espárragos, en latas, porque en mi barrio eso no se consigue. Ojalá mi ex suegra también haga ensalada de espárragos y alcaparras y se atragante con las bolitas.
Felices fiestas, lo primero es la familia, no hay nada más lindo que la familia "unita", de carne somos, etc.

1 comentario:

  1. Excelente Marianella. Mirá que tenér que ir al centro para comprar las latas... que contratiempo. Me gustó. Abrazo

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