Divorciada, madre y para completar: ¡hija, hermana y cuñada!


Desconcertada, con el tiempo del mundo en sus manos... y nadie a quien contarle.




sábado, 4 de diciembre de 2010

Divorcios

Es que vos nena sos muy rencorosa, me dijo mi tía Otilia poniéndose un bife de cuadril en el brazo a la altura de la BCG para bajar la hinchazón, según ella, porque sin querer, de cruce, el marido (el Migue para los íntimos) le había dado un mamporro por tarada.
Es que yo me acababa de separar del padre de mis hijos porque mi ex me fajaba de vez en cuando y andaba con los trámites para el divorcio y a la tía Otilia le parecía un horror tener una divorciada en la familia. Es que Otilia pertenece a la familia de mi madre, no a los Cuenca, los Cuenca se divorcian se vuelven a casar se apaloman con gente del otro y del mismo sexo, adoptan con sus mujeres hijos que tuvieron con la vecina y todo lo hacen con alegría, torta y vino tinto. Pero en la familia de mamá no en la familia de mamá somos todos católicos apostólicos romanos como le gusta decir la abuela Bienvenida.
Vos nena no sabés perdonar, perdonar con acá me dijo mi tía tocándose el corazón con el bife de cuadril.
Y no la verdad que no, los Cuenca tenemos fama de memoriosos pero en realidad somos unos rencorosos de la puta madre, sobre todo los judíos porque en la familia tenemos dos que se pasaron al bando anti cristiano por razones incuestionables, es decir de calentura incontrolable. Por suerte se divorciaron y volvieron al rebaño porque la abuela Remedios de los Dolores ya nos tenía cansados con tanto rezo del rosario, misas de sanación del alma -que duran como tres horas- y estaba a punto pedir un exorcismo.
Pero esos son la familia de tu padre y vos sabés cómo son todos en la familia de tu padre, me dijo la tía Otilia cuando le recordé los divorciados que me precedieron en el juzgado de familia para empezar el trámite. Acá me salvó el Migue, marido de toda vida y único hombre para más datos -entiéndase único que se acostó con ella-, que ni bien la vio con el bife de cuadril en la mano le dijo qué hacés con eso cada día más tarada vos. Qué hacés nena, me dijo después. A qué hora comemos, le dijo después a Otilia, no pensarás cocinarme ese bife que estuviste manoseando.
La nena se separó se va a divorciar qué desgracia, dijo Otilia y el Migue sin mirarme me dijo: ya era hora, en el club hay un par de muchachos que por unas cervezas te lo cagan a palos si vos querés
Lo voy a pensar le contesté.

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