Divorciada, madre y para completar: ¡hija, hermana y cuñada!


Desconcertada, con el tiempo del mundo en sus manos... y nadie a quien contarle.




domingo, 26 de diciembre de 2010

La cena

Todo bien: Princesa se indispuso (para los normales que tratan lo perros como perros no como hijos, la palabra sería que se alzó), y mi hermano pasó media hora intentando ponerle una bombacha para perras porque mi cuñada se negaba a ayudarlo y la perra se negaba a que se la pusieran. Yo me tenté y ligué una puteada de antología, por suerte la abuela Remedios es un poquito sorda porque si no nos ponía a rezar para reparar la blasfemia.
Mi hija ya se tomó media botella del vino azul y no se le nota ningún síntoma raro, menos mal.
Aguien tendrá que llevar a Carlos al geriátrico porque se durmió en la mesa y yo sin pañales en mi cama no lo acuesto, además, de noche, Carlos se levanta y entra a dar vueltas en silencio como una aparición y madre leyó en internet que los paranoicos son peligrosos aunque estén medicados así que se le ha puesto que Carlos puede apuñalar a alguien mientras dormimos, lástima que no invité al padre de mis hijos. Madre dice que son más peligrosos con quienes más quieren y que por eso tiene miedo. Inútilmente el médico intentó explicarle que eso no es posible, madre dice que no si fuera así no estaría escrito en internet, que va a cambiar de médico por uno que esté al tanto de las nuevas "tecnolgías" médicas.

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