Divorciada, madre y para completar: ¡hija, hermana y cuñada!


Desconcertada, con el tiempo del mundo en sus manos... y nadie a quien contarle.




domingo, 19 de septiembre de 2010

Amigas y caminatas

Domingo, amiga del alma o de caminata, un kilito menos, un kilito menos, un kilito menos, sacudiendo los brazos con energía, al menos los primeros 20 minutos, ganar kilómetros para aplastar la barriga dando vueltas a la costanera jadeando entre sílaba y sílaba porque después de la primera pasada desde el puente del ferroarril hasta el anfiteatro o mejor dicho el agujero donde antes de la inundación estaba el anfiteatro, primera pasada ida vuelta es decir vuelta completa, no te queda aliento para palabra completa mucho menos para frase completa y en mi caso ni para idea completa aunque sea silabeada porque a las bocanadas como pescado imposible hablar...claro hablo de mí porque la Lili se habla todo no sé cómo hace con las piernas cortísimas que tiene para caminar a una velocidad que para igualarla o casi morir en el intento de igualarla voy a las zancadas medio corriendo y con los ojos que se me saltan de las órbitas, medio doblada, retorcida, con los brazos que me pesan y hormiguean, mirándole el culo y más abajo los piececitos que ni se ven de lo rápido que andan y todavía más abajo los baldosones de la costanera que parece que se mueven que pasan veloces bajo mis pies y ahí ahí abajo pisoteada por la Lili mi intensión de bajarme unos kilitos, sin lograr ponermele a la par.
Para colmo Lili habla habla habla y pretende no solo que entienda sino que además le conteste y no solo que le conteste sino además que le diga algo inteligente y no solo que sea inteligente sino además que le sirva para solucionarle el asunto que siempre es: hombres...
Hombres: la Lili tiene un par de problemas con los hombres pero quién no los tiene sobre todo si una anda a la pesca. El problema de andar a la pesca es que se pesca y con la predación el asunto es que no quedan más que bagres, apretadores y amarillitos llenos de espinas y esta vez el problema de la Lili era un amarillito bien chiquito de esos que es mejor devolver al agua porque ni carne tienen y como no tienen carne se te atragantan en el pescuezo porque siempre alguna espina se escapa de control y es bien difícil sacátelos de ahí; demás está decir que para estos hombres-pescado no vale masticar miga de pan, hay que encontrar una solución más o menos drástica según convenga. Así que le dije a Lili que le siga la corriente y después de una de esas noches de poca carne le dijera que se había enamorado, eso nunca falla, ni siquiera con los espinosos, ni bien les decís que vayan el domingo a tu casa a tomar mate les agarra el amor por la santa madre o se acuerdan de que tienen trabajo atrasado en la oficina y como los celulares son delatores impunes de nada sirve que los llamés hasta gastarte los dedos; nunca más los encontrás en ningún lado. Pero esta vez no fue así, esta vez el espinoso no tenía madre y al trabajo atrasado se los hacía hacer a los empleados y la Lili me quería matar porque el domingo espinoso se le había aparecido en la casa con un pollo para que ella se lo preparara al horno con papas y tomates y morrones, también quién la manda a contarle al tipo que cocina y encima rico, en fin, lo peor de encontrarse un espinoso es que el espinoso esté más necesitado que una, en esos casos no valen los razonamiento tipo: vos te merecés algo mejor ni hacerse la confundida tipo: me parece que me gusta una mujer, ni las escenas de histeria por una boludez a ver si se asustan y rajan porque los tipos se sientan te escuchan y después te consuelan. En esos casos queda recurrir a los extremos: la mudanza o el asesinato, pero me parece que la Lili no lo quiere matar así que seguro se muda. Voy a necesitar otra compañera de caminata, lo que viene a corroborar que a mí, con los tipos, siempre me va mal, aunque sean los tipos de otra.
Domingo, hombres y caminata con amiga y qué caminata con el olor a pescado que sube del Salado y los críos del barrio y de otros barrios que chillan en el parque y los que andan en bicicleta y los que pasean los perros y esas otras mujeres que también caminan o corren corren corren lejos de la casa y el marido y los hijos y las madres, sobre todo las madres; cualquier cosa con tal de pasar un domingo en paz...hasta lustrar los baldosones con la lengua.

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