Divorciada, madre y para completar: ¡hija, hermana y cuñada!


Desconcertada, con el tiempo del mundo en sus manos... y nadie a quien contarle.




miércoles, 6 de octubre de 2010

Cuando pasen las lluvias

Papá era un hombre con demasiados deseos, pobre papá, se los llevó a todos a la tumba o por mejor decir al río, porque después de la cremación ahí fue a parar gracias, para mí, a un dudoso deseo de querer pasar la eternidad en ese río lleno de caca.Papá solía decir que yo me parecía a él y yo, que en este tiempo tenía quince o dieciséis años, no entendía a qué se refería me enojaba muchísimo y hacía algún desplante. “Esta gurisa está loca”, decía mi viejo y yo lo quería matar, pero me aguantaba, esperaba que llegara el domingo y ponía en marcha mi venganza.Los domingos, a eso de la diez de la mañana, comenzaban las trasmisiones de las carreras de TC 2000 de las que mi padre era fanático. El pobre tipo tenía que soportar las quejas de toda la familia, tenía que comer escuchando las quejas porque a nadie más que a él le gustaban las carreras. Con una estoicismo que se parece bastante a éste, con el que yo me sostengo hoy, masticaba en silencio con la vista fija en la tele intentando inútilmente escuchar porque mi madre, que siempre lo detestó -hasta que se murió- lo detestaba tanto que ni bien estiró la pata, ella se curó de la hipertensión –emotiva, como le gustaba recalcar haciendo señas hacia donde él estuviera en la casa-, mi madre, entonces, esos domingos automovilísticos, alentaba las charlas a los gritos en la mesa para taparle a mi viejo la posibilidad de escuchar al relator de las carreras. Y la tortura no terminaba ahí, después del almuerzo la completaba yo, llevaba a cabo mi venganza personalísima: lavaba los platos tomándome todo el tiempo del mundo para azotas trates y cubiertos. Verdad es que no me enorgullezco del recuerdo, una debería venir al mundo con un conveniente botón de Supr. o Resete, para estos casos, pero dicen que la naturaleza es sabia así que por algo se lo habrá saltado.Cuando pienso en papá, lo veo en la cabecera de la mesa un poco encorvado, reconcentrado en la tele, frunciendo la boca como toda muestra de protesta. Claro yo pensaba que no me decía nada porque después de todo estaba lavando los platos y ¿quién no hace ruido cuando lava los platos? Pero no, ahora lo sé, no movía ni un músculo ni pronunciaba una sola palabra de reproche por el mismo motivo que hoy yo tampoco lo hago.Lo que me quedó por averiguar es si me pudo perdonar.-Gorda chota -¿y ahora por qué, por qué, qué le hice?; le hice la cena-una diferente para ella porque ella no como fideos-, la llamé 3 veces -y dos recibí un ladrido que pasé por alto; se la calenté porque vino cuando se le dio la gana; no la contradije cuando dijo que estaba a favor del aborto y de matar a todos los pobres porque eran negros mierda; le hice el ruedo de la pupera ésa que se compró que la hace ver como puta barata y lo hice sin chistar; le afeité el bigote aunque me lo pidió a las once y media de la noche. Algunas veces pienso que ese bigote es la justicia de Dios actuando y me río; pero hoy no hoy no me río.Gorda chota...la verdad me entró directo al medio del pecho como un mazazo, me faltó un ratito el aire, pero respiré hondo haciendo fuerza para que me entrara a los pulmones y me senté en la compu, abrí el blog...Gorda chota...Gorda chota porque sí, porque sí nomás. Entonces como eso no le alcanzó como me vio sentarme a la compu y entrarle al teclado en lugar de gritar reclamar y después llorar ...-¿No podés hacer un poco más de ruido?, sos insoportable -mejor dejo el teclado, parece que hace mucho ruido. Si ella que se trepa a la pared para saltar dentro del boliche -porque todavía no tiene la edad-, lo dice, debe ser que hace...y mucho.No sé qué es no sé si es estoicismo, cansancio, resignación o simplemente dolor.Me pregunto a qué conclusión habrá llegado el viejo;... y sí, ahora que lo pienso, a lo mejor nos parecíamos, o a lo mejor nos parecemos ahora que yo tengo la edad que él tenía entonces, claro que no hay que exagerar, por más que haya un gorda chota en medio que nos iguale en desilusión y preguntas sin respuestas: con el viejo nos parecíamos ...un poco nada más.

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